
El icónico actor estadounidense Val Kilmer, recordado por dar vida a personajes inolvidables como Jim Morrison y Batman, además de su participación en éxitos cinematográficos como Top Gun y Tombstone, falleció este martes, 1 de abril de 2025, en Los Ángeles a los 65 años. La noticia fue confirmada por The New York Times y posteriormente por su hija, Mercedes Kilmer, quien informó que su deceso fue consecuencia de una neumonía, tras haberse recuperado años atrás de un cáncer de garganta diagnosticado en 2014.
Kilmer, quien tardó hasta 2017 en admitir públicamente su enfermedad, utilizó el documental autobiográfico VAL para narrar su batalla contra el cáncer y mostrar una faceta íntima de su vida. El filme, estrenado en el Festival de Cannes, se convirtió en un testimonio conmovedor de su salud y su carrera.
Nacido en Los Ángeles, Kilmer comenzó su camino artístico con papeles cargados de carisma y estilo rockero. Su debut en el cine, con la comedia de espías Top Secret! (1984), lo presentó como un cantante estadounidense atrapado en un complot en Alemania del Este. Sin embargo, su actuación como Jim Morrison en The Doors (1991), dirigida por Oliver Stone, consolidó su estatus como actor de culto. En True Romance (1993), interpretó a un Elvis imaginario que sirvió de mentor al protagonista, demostrando una versatilidad que destacó a lo largo de su carrera.
Entre sus interpretaciones más memorables se encuentra la del pistolero Doc Holliday en el western Tombstone (1993), el ladrón elegante en The Saint (1997) y su inolvidable rol como Iceman en Top Gun (1986) y su secuela Top Gun: Maverick (2022), compartiendo pantalla con Tom Cruise. Además, asumió el manto de Batman en Batman Forever (1995), dejando su marca en uno de los personajes más icónicos del cine de superhéroes.
Kilmer también brilló en producciones como Heat (1995), junto a Al Pacino y Robert De Niro, y El fantasma y la oscuridad (1996), coprotagonizada por Michael Douglas. En Alejandro (2004), volvió a colaborar con Oliver Stone interpretando a Filipo de Macedonia. Su capacidad para encarnar roles complejos e intensos le valió elogios de directores como David Mamet, quien resaltó su habilidad para hacer que sus actuaciones parecieran auténticamente improvisadas.
El legado de Val Kilmer trasciende el cine, dejando una profunda huella en la industria y en el corazón de sus admiradores. Su carisma, talento y estilo inigualable continuarán siendo recordados como parte de la historia del cine.