Por Jaennette Reyes Ortiz
Ciudadanía RD Media
Desde 2014 he estado comprometida con la filantropía, enfocándome en capacitar a la población para fomentar una conciencia ecológica y avanzar hacia la generación cero residuos. Mi labor se ha centrado en talleres, charlas y proyectos dirigidos a transformar hábitos y fortalecer el tejido social desde lo local.
Soy madre soltera, y esa experiencia me ha motivado profundamente a empoderar a otras mujeres, tanto a quienes viven situaciones similares como a quienes buscan desarrollarse con autonomía, seguridad y liderazgo. Creo firmemente en el poder de las mujeres para transformar su realidad y la de su comunidad.
En los últimos años, América Latina y el Caribe han continuado registrando cifras alarmantes de feminicidios, un fenómeno que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ha calificado como una “pandemia” de violencia de género. Los datos recientes subrayan una crisis persistente que demanda una acción urgente y coordinada de gobiernos y sociedad civil.
Cifras que duelen: La realidad en la región y en México
De acuerdo con el Observatorio de Igualdad de Género de la CEPAL, al menos 4,050 mujeres fueron víctimas de feminicidio en América Latina y el Caribe en 2022. Este dato se suma a los 4,473 feminicidios registrados en 2021 y a los 4,555 de 2019, lo que muestra que el problema se mantiene en una escala masiva. A pesar de los esfuerzos, en 2022, se reportó que una mujer fue asesinada de forma violenta cada dos horas en la región.
En el contexto mexicano, la situación es igualmente grave. Según cifras oficiales, entre 2019 y julio de 2023, 17,069 mujeres, adolescentes y niñas fueron asesinadas. Sin embargo, de estos casos, solo el 25.3% se investiga como feminicidio, lo que refleja un problema de tipificación y procuración de justicia. El Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF), una red de organizaciones civiles, ha destacado que el número real de feminicidios es mucho mayor al de los casos oficiales.
Análisis: La impunidad como factor clave
Los datos no solo revelan la magnitud de los asesinatos, sino también la impunidad que prevalece. El OCNF ha documentado que, a pesar del aumento en los asesinatos de mujeres, un porcentaje bajo de estos crímenes son investigados y sancionados como feminicidios, lo que perpetúa la violencia. La falta de acceso a la justicia y la revictimización en el sistema legal son obstáculos recurrentes para las familias de las víctimas.
El hogar, el lugar más peligroso
Un informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) y ONU Mujeres de 2023 subraya que, a nivel global, el hogar es el lugar más peligroso para las mujeres y niñas. El 60% de los feminicidios a nivel mundial son cometidos por parejas íntimas o familiares, lo que resalta la necesidad de abordar la violencia dentro de la esfera privada. Este dato es crucial en el contexto de la región, donde la mayoría de los feminicidios son perpetrados por un miembro de la familia.
Llamado a la acción
La lucha contra el feminicidio es una responsabilidad compartida. Organizaciones como la ONU Mujeres y la CEPAL han hecho un llamado a los gobiernos para que fortalezcan los marcos legales, mejoren la recopilación de datos, y, lo más importante, garanticen la aplicación de la justicia. Es vital que las autoridades inviertan en políticas de prevención, campañas de sensibilización y apoyo integral a las víctimas, para que ninguna mujer o niña sea asesinada por el simple hecho de serlo.
Author: CRDMedia
CRDMedia es un medio digital de comunicación en República Dominicana, comprometido con la defensa de los derechos de los ciudadanos.