Ángel Bermúdez (@angelbermudez)
BBC News Mundo
En torno a las 5:50 de la mañana del pasado 1 de abril un depósito de combustible estalló en llamas en la localidad rusa de Belgorod, ubicada a menos de 50 kilómetros de la frontera con Ucrania.
Un video que circuló por redes sociales, que fue verificado por la BBC, mostraba lo que parecía ser la caída de unos misiles sobre la instalación al paso de dos helicópteros, desatando una serie de explosiones que terminaban en una enorme bola de fuego.
Algunos medios reseñaron, a partir de imágenes de otros videos, que dos helicópteros que parecían ser Mi-8 habían sobrevolado a baja altura otros pueblos cercanos a horas próximas a las explosiones.
El gobernador regional de Belgorod, Vyacheslav Gladkov, acusó a Ucrania de haber lanzado un ataque contra esa instalación y, poco después, el portavoz del ministerio de Defensa ruso dijo que dos helicópteros ucranianos Mi-24 habían entrado en el espacio aéreo ruso a una altitud extremadamente baja y habían “lanzado un ataque con misiles sobre un depósito de combustible de tipo civil” a las afueras de Belgorod.
No era la primera vez que ocurrían explosiones sospechosas en territorio ruso desde que el 24 de febrero Vladimir Putin puso en marcha la invasión de Ucrania. Apenas unos días antes, el 29 de marzo, se informó de varias explosiones en un depósito de municiones cerca de Belgorod.
Sin embargo, esta vez era diferente, pues, según explicó Jonathan Beale, corresponsal de Defensa de la BBC, si se confirmaba la implicación de Kiev en la explosión era la primera vez que aeronaves ucranianas cruzaban a territorio ruso para atacar un objetivo.
Pero pese a los señalamientos de Moscú, Kiev no asumió ninguna responsabilidad en el ataque. El ministro de Defensa de Ucrania, Oleksandr Motuzyanyk, afirmó que la “agresión” de Rusia estaba siendo repelida “en el territorio de Ucrania”.
“Eso no significa que Ucrania sea responsable de todas esas catástrofes y de todos esos eventos que ocurren en territorio de la Federación Rusa. Esta no es la primera vez que hemos visto esas acusaciones. Así, queridos amigos, yo no voy a confirmar ni a negar esa información” señaló.
¿Accidentes o ataques?
Desde entonces, se han reportado numerosos incidentes sospechosos en territorio ruso.
El pasado 25 de abril, por ejemplo, la localidad de Bryansk, ubicada a unos 155 kilómetros al noreste de la frontera con Ucrania, amaneció con los cielos ennegrecidos debido a un incendio en un importante oleoducto. El gobernador regional, Aleksandr Bogomaz, informó sobre un incendio en un depósito de combustible, pero no explicó las causas.
También ha habido explosiones cerca de instalaciones militares rusas e, incluso, en un instituto de investigación militar en la ciudad de Tver, cerca de Moscú.
Nadie sabe la cifra exacta, pero los medios de comunicación han reportado más de una decena de estos sucesos.
“Han ocurrido en distintas partes del país. Han sucedido en centros de investigación, en instalaciones usualmente vinculadas con los militares y otros centros de producción estratégicos, por lo que parece bastante obvio que estas explosiones no son una coincidencia”, dije Matthew Orr, analista sobre Eurasia de Rane, una consultora de análisis de riesgo geopolítico, a BBC Mundo.
Los analistas creen que algunos de estos incidentes pueden haber sido causados por los poderosos drones de fabricación turca Bayraktar con los que cuenta Ucrania y que, en otros casos, puede tratarse de operaciones de infiltración de unidades de inteligencia de ese país dentro de territorio ruso.
Sin embargo, Kiev sigue sin reconocer ni negar su implicación en estos incidentes.
¿Por qué?
Ambigüedad estratégica
Los responsables del gobierno de Volodymyr Zelensky han evitado aclarar lo que saben acerca de estos incidentes, aunque sin dejar de mostrar una cierta satisfacción con los mismos.
“Belgorod, ‘Movska’, Bryansk. Constantes ‘incidentes de producción’. ¿Cómo podemos no creer en el karma por la muerte de niños de Ucrania? Sin embargo, muchos aún están dispuestos a cerrar los ojos al financiamiento del terrorismo mediante la compra de petróleo ruso. Pero ¿debería la Unión Europea depender de un país donde todo se está autodestruyendo”, escribió al respecto Mykhaylo Podolyak, un asesor de Zelensky, en un mensaje publicado en Twitter el pasado 25 de abril.
El viceministro de Interior de Ucrania, Anton Gerashchenko, también ha hecho referencias a estos incidentes, pero recurriendo a la ironía. Así, en un mensaje de Twitter publicó un mensaje de “no fumar” junto a una imagen del incendio en los depósitos de combustible en Bryansk.
Hasta la fecha, la respuesta más directa que ha ofrecido algún funcionario ucraniano sobre estos incidentes la dio Oleksei Arestovych, un asesor del jefe de gabinete de Zelensky.
“No confirmamos y no negamos. Después de lo que ha estado ocurriendo, oficialmente no decimos sí y no decimos no, justo como Israel”, dijo Arestovych en una entrevista reciente con The New York Times haciendo referencia a la política de “ambigüedad estratégica” que Israel ha mantenido durante décadas en torno a su programa de armas nucleares.
Según explicó Matthew Orr a BBC Mundo, Ucrania obtiene más ventajas manteniendo la incertidumbre sobre este tema.
“Uno puede asumir que posiblemente algunos de estos ataques están siendo ejecutados con la ayuda del Servicio de Inteligencia de Ucrania y ellos no ven la necesidad de darle más visibilidad a este tema porque no quieren que Rusia use estas explosiones para justificar un escalamiento de la guerra”, señala.
Explica que desde el punto de vista informativo resulta más valioso para los ucranianos que se diga que esto no está siendo ejecutado por ellos, sino por parte de gente en Rusia que simpatiza con la situación de Kiev y que quieren sabotear la guerra lanzada por Putin.
Orr indica que no resulta sorprendente que Ucrania ejecute acciones en territorio ruso porque ese país lleva años trabajando para disponer de inteligencia, fuentes y capacidades allí. “Sería imprudente para ellos no usar esos recursos ahora”, apunta.
Amenazas y escalada
La recurrencia de estos incidentes no ha caído bien en Moscú que ha amenazado con represalias.
“El Ejército de Rusia está listo para ejecutar ataques retaliativos en contra de centros de toma de decisiones en Kiev usando armas de alta precisión”, advirtió la semana pasada el ministerio de Defensa de Rusia, que acusó a Reino Unido de “provocar” a Ucrania a realizar ataques contra territorio ruso.
Por su parte, el canciller de Putin, Sergei Lavrov, acusó a la OTAN en estar embarcada en una “guerra proxy” contra Rusia y advirtió que las armas entregadas por Occidente a Ucrania son “un blanco legítimo” para las fuerzas rusas.
El funcionario acusó a Occidente de “echar gasolina al fuego” al proveer a Ucrania de armas y advirtió que el conflicto podría llevar a una tercera guerra mundial.
¿Pero pueden estos incidentes en territorio ruso llevar a una escalada del conflicto?
Expertos como Tatiana Stanovaya, fundadora de la consultora de análisis político R. Politik, han señalado que los ataques en suelo ruso pueden aumentar en ese país el apoyo a la guerra.
“La sociedad rusa no está lista para la paz. La sociedad rusa espera que Ucrania sea derrotada. Todo lo que viene de Ucrania, como los ataques sobre territorio ruso, solamente alimentan esos sentimientos”, dijo Stanovaya a The Washington Post.
Matthew Orr, por su parte, no cree que estos incidentes vayan a ser la causa de una escalada, ni siquiera en el caso de que Kiev admitiera estar detrás de estas explosiones.
“No sería algo decisivo, pero podría ser parte de la argumentación que use Rusia para escalar, pero solamente sería un elemento más”, dice.
“Rusia ya está usando misiles balísticos para destruir los ferrocarriles, las fábricas, las carreteras, los puentes y todo tipo de infraestructura en Ucrania, así que esto básicamente equivaldría a que Ucrania estaría haciendo lo mismo pero de forma callada y más limitada. Así que esto solamente derivaría en una escalada si Rusia decide usarlo como argumento para escalar”, agrega.
En todo caso, aún no está comprobado que Ucrania esté detrás de todos estos incidentes y, de hecho, hay expertos que consideran que probablemente solo una parte limitada de estos corresponden a acciones de las fuerzas ucranianas.
William Alberque, director de Estrategia, Tecnología y Control de Armas del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, un centro de estudios con sede en Reino Unido, ha destacado que Rusia está movilizando armas y municiones a gran escala por lo que es posible que haya habido accidentes ocasionados por problemas de negligencia y corrupción entre las fuerzas rusas y que Ucrania ha aprovechado para dejar que le atribuyan la responsabilidad por esos incidentes.
“Incluso cuando las explosiones pueden ser causadas por negligencia, [los ucranianos] están contentos de guiñar el ojo y asentir y dejar que el mundo piense que son el resultado de operaciones especiales. Y los rusos están contentos en algunos casos con culpar a los ucranianos en lugar de admitir que la culpa podría corresponder a actos de corrupción cometidos por autoridades civiles o militares rusas”, dijo Alberque en una entrevista con Radio Free Europe.
El experto agregó que no tiene dudas de que los ucranianos están realizando acciones de sabotaje contra Rusia e intentando golpear todos los depósitos de combustibles y municiones rusas que puedan, pero afirmó que sería un error atribuir a Kiev cada incendio o explosión ocurrida en Rusia.
Pero sean estos incidentes actos de sabotaje o accidentes por negligencia o corrupción, igual cumplen la función de levantar la moral de las tropas y de la población en Ucrania, donde según afirma el experto en geopolítica Peter Zeihan “los militares rusos ya han abandonado toda esperanza de que los ciudadanos ucranianos los reciban como libertadores o como primos eslavos”.
Así, en estas circunstancias, la ambigüedad estratégica del gobierno de Zelensky le permite beneficiarse de cualquier revés que sufran las fuerzas rusas.