Santo Domingo, RD. – Un día como hoy, donde se nos entristece el alma al recordar y conmemorar el primer aniversario de tu irreparable partida hacia la casa de Dios Padre, nos invaden tantos sentimientos; lloramos y nos sentimos deprimidos y quizás desalentados, ante el duro e irreparable golpe de la muerte, insondable realidad de la vida a la que nunca llegamos a acostúmbranos.
Pero buscando en nuestro interior esos recuerdos tuyos que nos dejaste en cada ocasión donde tuvimos el honor inmenso de haber compartido contigo, te recordamos y te imaginamos como siempre fuiste, activo, fuerte, imbatible, alegre y mostrando siempre a la vida tu mejor cara y tu mejor sonrisa, a pesar de las adversidades.
Por eso en el día de hoy es así como creo que todos debemos recordarte, abrazando con alegría y orgullo esos recuerdos tuyos de aquellos momentos en que las luchas patrióticas, políticas, democráticas y sociales nos colocaron al lado de un gigante como tú, un gigante político, comunitario, comunicador, profesional y sobre todo, un gigante de corazón y un extraordinario ser humano, nuestro querido y admirado profesor DOMINGO JIMÉNEZ.
Podríamos escribir varios tomos enciclopédicos si nos propusiéramos enumerar y resaltar tus obras, tu ejemplo de vida, tus calidades humanas y las bondades que adornaron tu vida y tu persona, pero sería redundar sobre lo que todos de ti ya conocemos. Así que creo y estoy seguro, que la mejor manera de recordarte y honrarte está en seguir caminando del lado correcto de la vida, con la integridad, la transparencia y sentido de justicia que en tu caminar tu nos enseñaste; abrazando tus luchas y tus causas, patrióticas, políticas y sociales y abrazando a tu gente, tus amigos tus familiares y tu pueblo al que tanto entregaste. Trabajar sin desmallar hasta poder lograr los objetivos y sueños que siempre anhelaste y con tu ejemplo y tus obras nos señalaste, cada uno de esos días en los que tuvimos el privilegio de tenerte entre nosotros.
Para mí, en lo personal fuiste un maestro, una puerta siempre abierta, un puente y un extraordinario buen amigo. Como político fuiste siempre una línea abierta hacia el consenso y el más grande mediador ante los conflictos.
Muchos ante la irreparable partida de un ser querido preguntan a Dios el porqué de su ida a destiempo, más los que te conocimos, agradecemos a Dios por el tiempo en que te tuvimos con nosotros y por haber tocado nuestras vidas.
Hasta luego entrañable amigo tus compañeros de Fuerza del Pueblo siempre te llevaremos con orgullo y decoro en nuestros corazones, seguros y confiados de que estas feliz, porque Dios te dio el cielo.
Author: Redacción
Medio digital de comunicación de República Dominicana