Grandes empresas como Peloton y Netflix también sufrieron en los últimos días, con las acciones de esta última precipitándose hasta su nivel más bajo en una década.
Todo aquello que está vinculado a la tierra: las plantas, la madera, las piedras, el agua, posee energía, una oscilación distinta, pero viva, y podemos interactuar con ellas desde nuestra propia vibración. Muchos objetos que creemos inanimados están impregnados de esta energía que puede parecer inapreciable, pero eso no quiere decir que no exista.
Sin embargo hay algunos objetos que son parte de nuestro diario vivir y no poseen esa energía. Pero…. y si esos objetos pudieran decirnos algo ¿Qué nos dirían?
Tomaré como referencia un paquete de objetos relacionados entre si, colocados en un mismo entorno, para imaginar el mensaje que podrían expresar, en el entendido de que son objetos con un uso frecuente y necesario.
Comenzaré con la mascarilla. Pienso que tendría muchos tópicos qué reclamar: ¨susantísimo, pero este señor necesita una pasta dental más fuerte, no se puede contener este mal aliento¨. O quizás algo como ¨me voy a detelengar de tanto que esta mujer se sube y se baja la gomita¨. Podríamos añadir: ¨y el pintalabios para qué, porque dime, solo sirve para ensuciarme por dentro ¨.
En mi caso personal estoy muy agradecida de la mascarilla, a pesar de las molestias, la rinitis, el calor y las espinillas que ahora surgen. Me ha ayudado a cerrar la boca y no opinar más de la cuenta, ni siquiera con los gestos, que son tan expresivos en mi.
Siguiendo con la misma línea de objetos entrelazados, los audífonos no se quedarían detrás en la protesta, considerando que pasan horas y horas metidos entre las orejas de la gente, con poco aire para respirar y a veces sin la higiene adecuada.
En el mismo entorno ubicamos los lentes, los recetados. Las personas que usan lentillas tienen que estar subiendo y bajando los lentes, porque su uso es específicamente para la lectura y entonces para mirar a lo lejos o interactuar con la gente, debemos levantar la mirada o quitarlos. Terminan mareados de tanto subir y bajar.
Están las personas a las que se les olvida pasarle un paño a los cristales y el sucio se acumula de forma tal que termina siendo mejor la visión sin ellos. Ahi podríamos escribir con el dedo un mensaje similar al que se coloca en los cristales sucios de los vehículos: ¨lávame¨. En el extremo opuesto están aquellas personas que le están dando brillo a los cristales tres veces al día hasta que terminan rayados, para esos el grito sería ¨suéltame que me voy a gastar más rápido¨.
Pero no podemos dejar atrás a las sufridas orejas. No falta mucho para que se empiece a sentir calambres o quizás las veamos desprenderse, salir corriendo y dejarnos con el vacío, porque entre los lentes, la gomita de las mascarillas, los audífonos y a veces hasta los adornos del pelo, ya no le cabe más presión.
Podría extender mi imaginación y empezar a suponer el mensaje de muchos otros objetos o escuchar las ideas creativas de otras personas. Será divertido el ejercicio de apreciar las protestas de los objetos inanimados, si pudieran expresarse.
Fuente: En La Punta De La Lengua