“La educación tiene un rol esencial en esta tarea, capaz de llevarnos a la reflexión crítica de nuestras prácticas, incluso nos haga revisar aquello que damos por inamovible e inalterable por los mandatos políticos, socioculturales que cimientan el germen del machismo”
SANTO DOMINGO.- El Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (CODUE) manifestó que el “Día Internacional de la Mujer” llegó en un momento de pandemia y difícil para el mundo producto de los conflictos de guerras, por lo que hay que desarrollar acciones en favor de las mujeres, reconocerles sus esfuerzos en la promoción en procura de la igualdad integral y en defensa de los derechos humanos.
El pastor Feliciano Lacen, director del CODUE, expresó que hay que trabajar en favor de las mujeres, ofrecer apoyo emocional y social, brindar créditos para su desarrollo económico, replantear leyes que prioricen el auxilio inmediato de atención y detención de los victimarios, y trabajar directamente con los agresores que también son víctimas de su propia violencia.
“La educación tiene un rol esencial en esta tarea, capaz de llevarnos a la reflexión crítica de nuestras prácticas, incluso nos haga revisar aquello que damos por inamovible e inalterable por los mandatos políticos, socioculturales que cimientan el germen del machismo”, dijo Lacen Custodio.
El director de CODUE explicó que durante la pandemia se ha producido un aumento de la violencia; además se han perdido muchas horas de aprendizaje debido al incremento de las tasas de abandono escolar, de las responsabilidades de cuidados y de la cifra de la problemática de las uniones tempranas, aún presentes en comunidades con precariedades económicas del país.
Feliciano Lacen es partidario de que se aumente el liderazgo de las mujeres y su representación en todas las esferas de toma de decisiones, (donde en la actualidad predominan los hombres), sobre las cuestiones que afectan a sus vidas.
Dijo además, que estamos conscientes de la lucha permanente entre hombres y mujeres por ocupar espacios sociales, no debemos cansarnos de dialogar y buscar todas las alternativas posibles a fin de reducir los conflictos entre géneros. Es tiempo de que hombres y mujeres impulsemos una “cultura de paz”, como camino para el diálogo y el entendimiento.