Cada ciudadano, organización, empresa, pueblo y país deberá tener a manos un “manual para tiempos difíciles”. Sería lo más aconsejable. Pero ¿realmente nos vienen tiempos embarazosos?
No es que uno sea “ave de mal agüero” ni mucho menos. Es “nada más y nada menos” que el todopoderoso Banco Mundial invita a prepararse para los tiempos difíciles. Y por algo lo hace.
Vengan o no vengan los “tiempos malos” -como se dice en la cotidianidad- lo recomendable es, como especifica el Banco Mundial, tener a mano un manual, una guía que permita al ciudadano o a la nación afrontar con éxitos la nueva realidad.
Y para no individualizar, podríamos enumerar las situaciones engorrosas que creemos se perfilan que pudiéramos enfrentar como nación. Estaremos expuestos y sentiremos por ejemplo los efectos económicos y financieros causados por la lucha geopolítica global, lo cual ocurre independientemente de la voluntad de nuestros pequeños países.
Afrontaremos las alzas de los combustibles, de los alimentos y de muchos servicios. Veremos cómo las grandes potencias reajustan sus respectivos dominios y se reposicionan en bloques económicos, comerciales y financieros. Se librarán lamentables guerras fratricidas para mantener dominios de territorios, riquezas y de países.
El Banco Mundial, que se define como una asociación global única conformada por 189 países y que tiene cinco instituciones destinadas a trabajar para “reducir la pobreza y generar prosperidad” en las naciones en desarrollo, se propone en sus Reuniones Anuales de 2023, a celebrarse este martes 10 de octubre en Marrakech, discutir y aprobar “un nuevo manual para tiempos difíciles”, el cual –se presume- será para uso a nivel global.
“Vivimos en una época en que la inestabilidad crónica, las guerras civiles, los impactos mundiales de la pandemia y los continuos desastres climáticos han creado un panorama complejo caracterizado por riesgos interconectados, que exacerban la fragilidad”, precisa este organismo en su convocatoria.
Sostiene que “los países necesitan ayuda para prevenir las crisis, prepararse ante ellas y enfrentarlas de una manera que no los desvíe de sus objetivos de desarrollo”. Y subraya: “En este contexto, el Banco Mundial evoluciona para convertirse en un mejor banco que atiende a las personas más vulnerables del mundo”.
Pero ¿por qué este banco plantea en estos momentos discutir ideas para crear nuevos manuales que permitan a las naciones enfrentar con éxito los desafíos que se avecinan? ¿Prevé esta entidad la llegada de “tiempos difíciles para la humanidad” y desea preparar a las naciones para que estén listas para afrontarlos?
Podría ocurrir que crear una especie de alarma no sea precisamente el objetivo de este nuevo manual. Y en ese sentido, el Banco Mundial indica que este evento reunirá “a actores clave para analizar ideas y alianzas que puedan responder mejor a los desafíos actuales”.
La actividad “se transmitirá en directo desde las Reuniones Anuales que se celebrarán en Marrakech (Marruecos), y habrá interpretación simultánea al árabe, francés y español”.
Los interesados en la temática podrán conectarse y dar seguimiento a este evento a través de la página online del Banco Mundial (la formidable magia de la tecnología electrónica).
Si nosotros hacemos un ejercicio particular para preparar en el país un “manual para tiempos difíciles” ¿qué elementos tomaríamos en consideración?:
1) Primeramente, ¿tiene nuestro país un manual de manejos de los malos tiempos? Si no existe –y creo que no- se debe de inmediato crear un equipo técnico que elabore dicho Manual.
2) En este Manual, por ejemplo, se deben prever las alzas en los precios de los combustibles y alimentos. Adoptar políticas anticipadas que eviten un mayor empobrecimiento de la población.
3) Anticiparse a las guerras propiciadas por grandes bloques económicos, financieros y comerciales del mundo.
4) Anticiparse a la situación haitiana y no poner “curitas” después que el mal se ha propagado. Estar preparado para afrontar la creciente crisis que ya se torna humanitaria que vive el vecino Estado de Haití y el indetenible crecimiento poblacional en esa nación, lo cual –quiérase o no- terminará arrastrando nuestro país a su derrocadero.
5) Educar a la población sobre los nuevos giros que está dando la geopolítica mundial. Explicar a los dominicanos la guerra estratégica (en los campos geopolíticos, económicos, financieros, comerciales, tecnológicos y diplomáticos) que libran los grandes bloques que dominan al mundo, con los Estados Unidos, Europa y aliados disputándose el control de regiones de la tierra (¿y de la Luna?) con China (las Rutas de la Seda) Rusia, India e Irán, entre otros (el Grupo de los BRICS: Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica y Argentina).
Los países BRICS “han cambiado sus sistemas políticos para abrazar la integración en el mercado global”. Como se sabe, estas naciones se plantean desarrollar un intercambio comercial y financiero entre ellas, sin Estados Unidos y sin potencias europeas, a la vez que propalan la “desdolarización” de la economía mundial. La llamada “desdolarización”, como comienzan a decir los expertos, podría ser un golpe mortal a la hegemonía de Estados Unidos en el mundo.
6) Frente a esa realidad, el país debe establecer reglas –en el marco de su manual para tiempos difíciles- que definan claramente qué postura mantendrá frente a estos grandes bloques que ahora están en pleno desarrollo.
7) Debe contemplar este Manual la difícil situación que afronta el país con la masiva migración haitiana y los desafíos que esto entraña.
8) Elaborar planes anticipados de desarrollo dirigido a “reducir la pobreza y generar prosperidad”. En ese sentido, acoger la misión del Banco Mundial que vislumbra “poner fin a la pobreza extrema”, “reducir al 3% el porcentaje de las personas que viven con menos de USD 1,90 al día”, “promover la prosperidad compartida” y “fomentar el aumento de los ingresos del 40% más pobre de la población”.
En cuanto al aspecto político, el Manual podría contemplar una mayor inclusión de la población en esta actividad, fortalecer, modernizar las instituciones y erradicar la impunidad.
Pero aparte de este Manual de Nación, cada individuo debe preparar su propia guía para enfrentar de manera saludable los retos que se nos presentarán en el día a día, debido, entre otras cosas, a la ocurrencia de un inevitable encontronazo entre las grandes potencias hegemónicas del mundo.
Tenemos que prepararnos para lo que viene. ¡Ojo al Cristo! Hagámosle caso al Banco Mundial y preparemos ahora nuestro Manual para tiempos difíciles ¿Estamos?
*El autor es periodista.