Por Leonardo Sanchez G.
Santo Domingo, RD._ En nuestros días es muy usual la formulación y/o adhesión de acuerdos de todos los tipos. Los mismos tienen representación de carácter económico, político o social.
Sin importar su tipo. Todos deben gozar de figura jurídica en aras proteger la consolidación y su fiel cumplimiento a futuro.
Pero, con quien pactamos ? , será honrado el compromiso según nuestros requerimientos una vez halla madurado con éxito el proyecto ?. Son preguntas que nos llegan y que estamos obligados a hacernos y tomar en cuenta.
Aunque no tenemos el don de la premonición ( adivinar el futuro ), si podemos acudir a técnicas científicas que detectan patrones de conductas y de mediciones estadísticas.
Aunque muchas veces la pasión y los sentimientos nos llevan al derrotero por el apego emotivo a alguien o algo, estos sin embargo no deben estar mezclados en estos menesteres, pues como bien se dice en el mundo de las finanzas Negocios Son Negocios.
La investigación es vital antes de llegar a pactar, se hace indispensable cada día agotar todos los pro y los contra en la suscripción de un acuerdo. Debo recordar que el ser humano aunque con muchas fallas cómo es natural, trasciende cuando ha superado la barrera de la honestidad e integridad de lo que ha acordado, y su grandeza radica y se acrecienta, cuando el cumplimiento de su palabra se hace notoria y hace eco positivo de su imagen personal en todo el mundo que le rodea.
Sin temor a equivocarme, dudo mucho que alguien se inhiba a recurrir en establecer lazos de negocios, políticos o de cualquier índole, con alguien que pueda exhibir las virtudes antes descritas. Cómo se dice popularmente, ese se puede casar con la gloria.
Pero qué funesto y oscuro sería el futuro de alguien que contrario a las virtudes mencionadas, no respete su palabra empeñada, que dicho sea de paso sería el irrespeto a su propia persona.
Todo sería cuestión de tiempo para verlo sucumbir y sumergirse en el olvido colectivo, por creer haberse salido con las suyas.
Pactar con la mentira no es el más habido recurso para lograr un objetivo, es más bien la confirmación al exilio del infractor o del que incumple, por aquel que creyó y apostó a su visión, después de haber depositado su confianza ,su sacrificio, tiempo y dinero, en un proyecto en el que se ve desvinculado después de haberse conseguido con éxito.
Cumplir es de caballeros, el no hacerlo lo desestima como tal.