Por Angela Lora
CRDmedia
He estado observando la forma en que los humanos adoptamos de manera consciente o inconsciente y a veces por aprendizaje, gestos, posturas, frases, expresadas por otros y que terminan siendo parte de nuestras vidas.
Ya lo vimos en lo publicado anteriormente sobre Bobby el boricua en La Escuelota, quien llegó en yola a Puerto Rico y habiendo estado solo unas horas en la isla, hasta que fue deportado, de inmediato adoptó el ritmo de voz de los puertorriqueños y desde ahí se autodenominó el boricua.
Tengo una compañera que me recuerda mucho al Conde Drácula de la película Hotel Transilvania y en este caso no me refiero a la figura. Aunque ciertamente mi amiga es alta y esbelta como el personaje, debo aclarar que ella es hermosa; con frecuencia en sus conversaciones repite la frase “Blah Blah Blah”, incluso con la misma entonación, expresión muy características del Conde.
Ahora es muy usual poner cara de emojis, especialmente las expresiones de asombro o de duda. Tengo una amiga especial, rubia de ojos verdes, que levanta una ceja igualito que un emoji, y cuando lo hace lo dice todo. También conozco una persona muy cercana que realiza un baile igual que un emoji, aquel que es solo una figura de líneas y que mueve su cintura y su trasero muy acompasadamente.
Personalmente he tenido muchas situaciones en relación a los gestos y expresiones faciales, porque tengo la tendencia a expresar con la cara todo aquello que trato de callar. Hago el esfuerzo de aprender a controlarlo, pero incluso en pandemia y con mascarilla me resultaba muy difícil.
De manera particular tengo la tendencia a repetir palabras o frases que escucho. En ocasiones, cuando alguien me hace un comentario dudoso me pueden escuchar diciendo: ¿De qué estás hablando Willis? Pertenece a la serie norteamericana llamada BLANCO Y NEGRO, y así le decía el personaje de Arnold Jackson a su hermano, acompañado de un gesto en la cara.
Es muy común que si compartimos con una persona tartamuda, casi de forma inevitable y de manera instantánea comenzamos a expresarnos de la misma manera. Recuerdo un político dominicano que en un momento de la historia empezó a expresarse con gestos característicos del difunto presidente Joaquín Balaguer, como si fuese pariente, heredero.
Un hecho sobre los aninales llama mi atención significativamente. Existe algo, no definido, que demuestra que a la hora de adquirir una mascota, si tenemos la capacidad de escoger a partir de las preferencias, normalmente esa mascota seleccionada se parecerá a su dueño. Lo podemos ver mejor en la campaña de televisión para Argentina del vehículo Citroen C4 Cactus 2023, que refleja la inclinación y el parecido de cada mascota con su dueño, estilo y gestos. (enlace)
No sé si esto está relacionado de alguna manera a gestos y expresiones que adoptamos, pero veo expresiones de las mascotas reflejadas en sus cuidadores, ladridos o maullidos, miradas, y disfruto ver la forma en que nos vinculamos con ellas. Imagino que habrán muchas historias por contar relacionadas con este tema.