“El Estado de la Ciencia 2020” del Observatorio Iberoamericano de la Ciencia, la Tecnología y la Sociedad (OCTS) de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), con sede en la Oficina Nacional de Argentina, analiza la inversión en investigación y Desarrollo en la década comprendida entre el 2009 y el 2018.
Por :Dr. Demetrio Castro Montolio.
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La emergencia de la pandemia de SARS CoV-2 convirtió a la humanidad en un centro de investigación y experimentación, es decir en un laboratorio global.
Esta crisis internacional viene a reivindicar la necesidad de invertir en el fortalecimiento de las políticas públicas de ciencia, tecnología e innovación. Dada la importancia de la ciencia no solo para responder a la crisis sanitaria, sino también a los efectos sociales y a la repercusión económica.
“El Estado de la Ciencia 2020” del Observatorio Iberoamericano de la Ciencia, la Tecnología y la Sociedad (OCTS) de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), con sede en la Oficina Nacional de Argentina, analiza la inversión en investigación y Desarrollo en la década comprendida entre el 2009 y el 2018.
En relación con el PBI regional, para el 2018, los países Iberoamericanos invirtieron 0.74%, América Latina y Caribe el 0.62%, destacándose Portugal con 1.36%, Brasil 1.26% y España 1.24%. Por el contrario entre los países industrializados Israel 4.95%, Corea del Sur 4.81%, Suecia 3.34%, Japón 3.26%, Austria 3.17%, Alemania 3.09%, Dinamarca 3.06%, Estados Unidos 2.83% y China 2.19%.
La inversión en Investigación y Desarrollo en el 2018 en América Latina y Caribe representa el 2.8% de la inversión mundial, Iberoamerica 4%, África 1.4%, Asia 45.4%, Estados Unidos y Canadá 26.3%, Europa 22.9% y Oceanía 1.2%.
De la inversión del 2.8 % de América Latina y Caribe; Brasil invierte 64%, México un 13% y Argentina un 8%, lo que representa el 85 % de esa inversión.
La mayor inversión regional se realiza en el bloque de países asiáticos que representa el 45.4% de la inversión mundial, destacando China, Japón, Israel y Corea.
En la República Dominicana se estima que la inversión en Investigación y Desarrollo es de 0.03 y 0.01% del PBI
No puede haber avance en ciencia y tecnología sin inversión en investigación y desarrollo. Además en los países con menos avances tecnológicos, predomina la inversión del estado, mientras que en los países con mayor avance predomina la inversión del sector privado
La evolución histórica de la ética en investigación relacionada con la salud, desde el Código de Nuremberg (1947), la Declaración de Helsinki (1964), el articulo 7 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (1966), el Informe Belmont (1979), la Propuesta de Pautas Éticas Internacionales para la Investigación Biomédica en Sujetos humanos (1982), reafirman que el objetivo de la investigación relacionada con la salud es mejorar los métodos diagnósticos, terapéuticos y profilácticos, siempre en beneficio de la humanidad.
Los avances de los últimos cincuenta años, han profundizado en el ejercicio ético y el respeto a la dignidad humana, destacando principios básicos como: Respeto a las personas, beneficencia, justicia, consentimiento informado, análisis de beneficios y riesgos, entre otros.
Si desde el gobierno se implementan políticas publicas con razón económica pero sin razón científica, al final las personas y las comunidades “pagaran los platos rotos”. Ya es hora de invertir en Ciencia, Tecnología y Desarrollo.