Una nave Cygnus atracada a la ISS disparó sus cohetes para elevar la estación a su anterior órbita, perdida al evitar los escombros de una prueba militar rusa que la puso en peligro
Por Jesús Díaz
EEUU acaba de demostrar que no necesita a Rusia para mantener la Estación Espacial Internacional en órbita, garantizando así su seguridad después de que uno de los lugartenientes de Vladimir Putin amenazase con dejarla caer hacia su destrucción. La nave espacial de carga Cygnus disparó ayer su motor principal para elevar la estación a su altitud habitual, aproximadamente 402 kilómetros sobre la Tierra. La maniobra de prueba fue un éxito y demostró que el carguero espacial puede hacer las veces de remolcador espacial por primera vez, rompiendo el último nexo de unión con Roscosmos.
La ISS no estaba situada en su órbita correcta después de una reciente maniobra realizada para evitar el choque con fragmentos del satélite ruso Kosmos 1408. Miles de fragmentos de este satélite orbitan nuestro planeta a casi 5.000 kilómetros por hora desde que un misil ruso lo destruyera a finales de 2021. Esta grave e irresponsable prueba militar fue duramente criticada por toda la comunidad internacional, que avisó sobre el peligro numerosas veces. Con la última maniobra evasiva son ya tres las ocasiones en las que la metralla espacial del Kosmos 1408 ha puesto en peligro a la estación.
La naturaleza de la amenaza rusa
Pero, aunque estos fragmentos no hubieran obligado a la estación a cambiar de órbita, la ISS necesita un impulso periódico para mantenerla en la trayectoria adecuada. Es una tarea que, hasta ahora, estaba a cargo del segmento ruso de la estación, que fue diseñado para esa función y cuenta con los motores y combustible necesarios para evitar su destrucción en una reentrada en la atmósfera terrestre.
Ésa fue precisamente la amenaza del director de la agencia espacial rusa Roscosmos, Dmitry Rogozin, el pasado 25 de febrero: “Si [los EEUU] bloquean la cooperación con nosotros, ¿quién salvará a la Estación Espacial Internacional (ISS) de una órbita incontrolada y de que caiga en los Estados Unidos o… ¿Europa?” Sus palabras llegaron sólo un día después de que comenzase la segunda invasión de Ucrania. La propaganda oficial rusa y el propio Rogozin repitieron varias veces esta especie de chantaje a medida que occidente imponía nuevas sanciones contra el invasor.
Rogozin tiene un largo historial de declaraciones contra occidente. Su currículum combina el lenguaje ‘matonesco’ con una corrupción extrema, la incompetencia en la administración de Roscosmos, según múltiples investigaciones, y el desprecio total al propio programa espacial y sus ingenieros y cosmonautas. Él mismo era un crítico de Roscosmos antes de que Putin le pusiera al frente de una agencia que, según los opositores rusos, maneja como si fuera su cortijo, despidiendo a aquellos que le contrarían y usando fondos públicos para su beneficio personal.
Públicamente, la NASA nunca se tomó las amenazas de Rogozin en serio. Pero, según los expertos de la industria espacial, la agencia norteamericana y sus aliados en la ESA, JAXA, CSA y otras organizaciones piensan que Rusia es hoy en día un peligro para el resto de naciones en el espacio. Aparte de ese peligroso test militar, la lista de graves errores de Roscosmos es interminable y muchos han puesto en peligro la ISS demasiadas veces. Algunos de ellos — como los agujeros en la nave Soyuz que dejaron escapar aire de la estación — han sido clasificados como posible sabotaje por parte de los contratistas rusos. Todos estos problemas llevaron a la NASA a retirar su confianza a la agencia rusa internamente, aunque no lo hayan hecho todavía públicamente.
Adios, Dmitry
De cara a la galería, la agencia espacial norteamericana todavía asegura que “confían en sus socios rusos” y esperan que se queden en la ISS hasta el fin de su vida útil. Pero el test de la Cygnus — una nave diseñada y fabricada por el gigante aeroespacial Northrop Grumman — demuestra que ya han tomado medidas para no depender de la parte rusa de la estación. Como dice Steve Krein, vicepresidente de espacio civil y comercial, sistemas espaciales tácticos de esa compañía, “el remolque de la ISS utilizando Cygnus añade una capacidad crítica para ayudar a mantener y apoyar la estación espacial. También demuestra la enorme capacidad que Cygnus ofrece a la ISS y futuros esfuerzos de exploración espacial”. Una manera elegante de decirle a Rusia que se pueden meter sus módulos por la cara oculta de la Luna.
Esta nueva capacidad de la Cygnus para hacer tareas de remolcador espacial es la última de una larga lista de mejoras que han acometido desde su primer vuelo en 2013. En casi una década, Northrop Grumman afirma haber incrementado su capacidad de carga, aumentado el tamaño y potencia de sus paneles solares, cambiado los tanques de combustible por otros más grandes y ligeros, y actualizado sus sistemas electrónicos para permitir este tipo de maniobras. De hecho, el éxito de esta nave ha sido tal que el diseño de la Cygnus se ha convertido en la base de HALO, el módulo para la tripulación y logística de la estación Lunar Gateway.
Pero esa estación no orbitará nuestro satélite hasta dentro de dos años, como mínimo. Por ahora, el éxito de este test ha terminado con la última atadura que la NASA tenía con Roscosmos después de que SpaceX iniciase los vuelos tripulados a la ISS. Y, aunque sería preferible que Rusia recuperase la mesura, terminase con su violenta agresión y siguiera colaborando con la NASA, eso son buenas noticias para EEUU, Europa y el resto de socios de la estación espacial