En la administración pública, quejarse o denunciar irregularidades tiene un costo, y muchas veces este puede ser muy alto. Las consecuencias no solo afectan a quien emite la opinión, queja o denuncia, sino que también recaen sobre toda la ciudadanía. Al poner en evidencia ciertos maltratos sufridos por un funcionario, este queda marcado con una tinta indeleble que lo seguirá donde quiera que vaya, convirtiéndolo en un blanco visible solo para sus acosadores, quienes tienen la precisión milimétrica de misiles ATACMS para destruirlo.
Un caso reciente que ilustra esta situación es la del Ing. Milton Morrison, quien tras su salida como director de EDESUR, denunció el maltrato recibido por el consejo de esa entidad, el cual no le aprobaba ninguna compra para mejorar el sector eléctrico.
Como es sabido por todos, Morrison fue designado por el presidente Luis Abinader como director del Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (INTRANT), entidad responsable del sistema de movilidad, transporte terrestre, tránsito y seguridad vial de la República Dominicana, y en el día de ayer, desde tempranas horas de la mañana, los ciudadanos utilizaron las redes sociales para reportar el apagón de los semáforos en diferentes vías de Santo Domingo, lo que provocó largos embotellamientos en las calles.
El INTRANT no tuvo la capacidad para dar una respuesta clara y convincente solo dicho siniestro, lo cual solo agravó la situación, dejando a la ciudadanía en un estado de incertidumbre y frustración.
Todos estamos conscientes que en las altas esferas de la política en el gobierno del presidente Luis Abinader, se libran cruentas batallas para ganar posiciones en el nuevo tren gubernamental que recién inicia. Es por ello que advertimos del peligro que resulta de llevar la cacería política a las funciones que desempeñan los funcionarios públicos, ya que al buscar linchar a uno, se arrastra a toda una sociedad.
Nadie en su sano juicio podría desconectar el caos generado ayer en los semáforos con el pronunciamiento del nuevo director del INTRANT.
El presidente Luis Abinader en su condición de jefe de Estado y líder político de su partido debe llamar a la calma a esos funcionarios que al día de hoy conspiran para descarrilar la gestión de otro.
Por consiguiente, las denuncias en la administración pública no solo tienen un alto costo personal para los denunciantes, sino que también pueden tener repercusiones significativas para toda la sociedad por lo que se requiere de un arbitro, en este caso el presidente de la República Dominicana, que este atento a las diabluras que pudieran cometer algunos funcionarios para empañar el buen funcionamiento de una institución.
Author: Redacción
Medio digital de comunicación de República Dominicana