El dilema del Boeing 737 MAX: ¿Seguridad o rentabilidad?

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Por Albin Cepeda
CRDmedia

La industria aeronáutica se enfrenta a una de las mayores crisis de su historia tras los graves accidentes que han involucrado al modelo Boeing 737 MAX, el avión más vendido del mundo. La suspensión de vuelo de este modelo, que afecta a más de 800 aviones en todo el mundo, ha supuesto un duro golpe para las aerolíneas que los operan, entre ellas Arajet.

Los accidentes de Ethiopian Airlines en marzo de 2019 y Lion Air en octubre de 2018, que causaron la muerte de 346 personas, revelaron graves fallos en el diseño y la certificación del Boeing 737 MAX, especialmente en el Sistema de Aumento de Características de Maniobra (MCAS), un software que se activaba de forma errónea y hacía que el avión se inclinara hacia abajo. Tras estos sucesos, las autoridades aeronáuticas de todo el mundo ordenaron la inmovilización de los aviones de este modelo hasta que se garantizara su seguridad.

Boeing, el fabricante estadounidense, ha trabajado durante más de un año para corregir los problemas del MCAS y someter el avión a una exhaustiva revisión. En noviembre de 2020, la Administración Federal de Aviación de EE. UU. (FAA) levantó la prohibición de vuelo del Boeing 737 MAX, tras verificar que se habían implementado las mejoras necesarias. Entre ellas, se destaca la actualización del software del MCAS, que ahora utiliza dos sensores de hardware en lugar de uno, y la capacitación adicional de los pilotos.

Sin embargo, la polémica no ha cesado. Recientemente, la FAA decidió inmovilizar los aviones Boeing 737 MAX 9, luego de un incidente con una aeronave de Alaska Airlines que experimentó problemas en el fuselaje poco después del despegue en Portland (Oregón), lo que llevó a un aterrizaje de emergencia. Aunque Alaska Airlines ya había optado por dejar en tierra sus aviones, la FAA amplió la medida, ordenando la inmovilización temporal de ciertos Boeing 737 MAX 9 que presentaban grietas en una parte clave de la estructura.

Este nuevo contratiempo pone en duda la fiabilidad del Boeing 737 MAX y la credibilidad de la FAA, que ha sido acusada de tener una relación demasiado cercana con Boeing y de delegar en el fabricante parte de las tareas de supervisión y certificación. Además, genera incertidumbre entre los pasajeros, que aún recuerdan con horror los trágicos accidentes y que temen por su seguridad al volar en estos aviones.

Las aerolíneas que operan el Boeing 737 MAX se encuentran en una situación delicada. Por un lado, tienen que afrontar las pérdidas económicas derivadas de la suspensión de vuelo, que se suman a las provocadas por la pandemia de COVID-19. Por otro lado, tienen que recuperar la confianza de los clientes, que pueden optar por otras opciones de transporte o por otras compañías que no usen este modelo.

En este contexto, Arajet, la aerolínea dominicana que cuenta con 10 aviones Boeing 737 MAX en su flota, tiene que tomar una decisión difícil: ¿reanudar los vuelos con este modelo, siguiendo las directrices de la FAA y de Boeing, o renunciar a él, buscando otras alternativas más seguras y menos controvertidas?

La respuesta no es sencilla, pero creemos que la prioridad debe ser siempre la seguridad de los pasajeros y la tripulación. No se puede arriesgar la vida de las personas por motivos económicos o comerciales. El Boeing 737 MAX ha demostrado tener graves defectos de diseño y de certificación, que no se han resuelto completamente y que pueden volver a causar accidentes fatales. La FAA y Boeing han perdido la confianza de la opinión pública y de la comunidad aeronáutica, y no han asumido su responsabilidad por los errores cometidos.

Por eso, desde este editorial, instamos a Arajet a que suspenda definitivamente los vuelos con el Boeing 737 MAX y que busque otras opciones más seguras y eficientes para ofrecer un servicio de calidad a sus clientes. Sabemos que esta decisión puede tener un impacto negativo en sus finanzas y en su competitividad, pero creemos que es la única forma de garantizar la seguridad y la tranquilidad de los viajeros. Arajet tiene que demostrar que se preocupa por sus clientes y que no está dispuesta a poner en riesgo su vida por un avión defectuoso.

Esperamos que Arajet tome la decisión correcta y que se una a las voces que exigen a Boeing y a la FAA que rindan cuentas por los fallos del Boeing 737 MAX. La industria aeronáutica necesita una profunda reforma que asegure que la seguridad es el principio fundamental que rige su actividad. No podemos permitir que se repitan los trágicos accidentes que han enlutado a cientos de familias y que han manchado la reputación de un sector clave para el desarrollo económico y social.

Espero que este ejemplo te haya sido útil. Si quieres que te ayude con otro tipo de contenido, solo tienes que pedírmelo.

Albin Cepeda
Author: Albin Cepeda

Emprendedor y cazador de sueños. «En realidad no me preocupa que quieran robar mis ideas, me preocupa que ellos no las tengan». _ Nikola Tesla

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