Por Billy Graham Castillo
Ciudadanía RD Media
En la República Dominicana, cada gobierno que asume la dirección del Estado llega con su “propio librito” y fórmulas sobre cómo manejar la cosa pública. Por ello, crea las políticas que considera necesarias y oportunas para conducir al país hacia el desarrollo, progreso y bienestar. Las propuestas del gobierno dirigido por Luis Abinader parecen tener, de manera supuesta, las mismas intenciones mencionadas anteriormente.
La base de las propuestas presentadas por el Ejecutivo es la Ley 1-12 de Estrategia Nacional de Desarrollo 2030 (END), cuya visión es: “La República Dominicana es un país próspero, donde las personas viven dignamente, apegadas a valores éticos y en el marco de una democracia participativa que garantiza un Estado social y democrático de derecho, promueve la equidad, la igualdad de oportunidades, la justicia social, gestiona y aprovecha sus recursos para desarrollarse de forma innovadora, sostenible y territorialmente equilibrada, e integrada en la economía global de manera competitiva”. La END establece un plan de nación con cuatro ejes, cada uno con objetivos generales, específicos y líneas de acción.
El primer eje procura un Estado social democrático de derecho; el segundo, una sociedad con igualdad de derechos y oportunidades; el tercero, una economía sostenible, integradora y competitiva; y el cuarto eje promueve una sociedad de producción y consumo ambientalmente sostenible y adaptada al cambio climático. Cada uno de estos ejes tiene indicadores y metas, basados en datos concretos tomados en el año 2010. A partir de esos datos, se proyectó dónde estaría el país en cada indicador para el año 2030. Las metas establecidas en la END llevaron a la creación del Pacto Nacional para la Reforma Educativa y el Pacto Eléctrico, ambos ya firmados y en ejecución. Por último, está pendiente la Reforma Fiscal.
¿Cuál ha sido el problema de la END? ¿Por qué fracasarían las reformas propuestas por el Estado dominicano? La END creó el Sistema Nacional de Monitoreo, una plataforma llena de datos extraordinarios o KPIs, como dirían los científicos de datos. El gran problema de la END es la falta de utilización de los datos generados para la creación de políticas públicas. Las reformas fracasan porque no se evalúan las políticas implementadas. Un ejemplo de ello: luego del pacto por la educación y el sector eléctrico, ¿cómo se están evaluando los resultados de los indicadores de dichos pactos? ¿Qué políticas públicas se han creado a partir de esas evaluaciones para cumplir con las metas de la END? ¿Están la educación y el sistema eléctrico en mejores condiciones luego de haberse implementado estos pactos?
La realidad es que no hay mejoras visibles en las áreas donde se han realizado los pactos, y lo mismo podría suceder con la tercera reforma pendiente, la fiscal. No se pueden emprender reformas si no se miden los objetivos e indicadores plasmados en la END, ya que es el plan nacional a largo plazo. La evaluación constante es lo que permite la mejora continua, y esta conduce al logro de las metas.
Los legisladores dominicanos aún están a tiempo para crear mesas de trabajo que evalúen los indicadores establecidos en la END y, de esta manera, analizar las propuestas a la luz de los datos. Es importante recordar que son servidores del pueblo y no subordinados al jefe de Estado o a su partido. Por lo tanto, las reformas aprobadas deben favorecer a los dominicanos, no seguir líneas partidarias. Las reformas planteadas deben incluir indicadores y resultados de acciones previas para lograrlas.
No se pueden tomar decisiones correctas en ausencia de datos.