El mal se corta de raíz

Por Redacción
CRDmedia

El mal se corta de raíz
Adviidka, Ucrania.

La noticia ha conmocionado al mundo. El líder opositor ruso, Alexey Navalni,  ha sido asesinado por el régimen de Vladimir Putin. El crimen se ha perpetrado en plena reunión del G7, donde los líderes de las principales potencias democráticas debatían sobre la situación de Ucrania, amenazada por la agresión militar rusa.

Este atentado no solo es un acto de cobardía y barbarie, sino también una provocación y un desafío a la comunidad internacional. Putin,  quiere demostrar que no tiene límites ni escrúpulos, que puede eliminar a sus enemigos sin consecuencias, que puede desestabilizar a sus vecinos sin oposición, que puede intimidar al mundo con su arsenal nuclear.

Frente a esta amenaza, ¿qué hace Occidente? ¿Qué hace la Unión Europea, que se dice defensora de los valores de la libertad, la democracia y los derechos humanos? ¿Qué hace la OTAN, que se supone es garante de la seguridad colectiva de sus miembros? ¿Qué hace Estados Unidos, que se autoproclama líder del mundo libre?

La respuesta es decepcionante: poco o nada. Mientras Ucrania se encuentra a la defensiva, con un ejército cansado y sin municiones, Occidente se limita a enviar declaraciones de condena, sanciones simbólicas y ayuda humanitaria. No hay voluntad política ni coraje moral para enfrentar a Putin con firmeza y determinación.

La caída de Avdiivka, una ciudad estratégica en el este de Ucrania, ha sido un duro golpe para las fuerzas ucranianas, que han perdido miles de soldados, capturados por los separatistas prorrusos. Estos prisioneros serán utilizados como moneda de cambio en futuras negociaciones, donde Putin impondrá sus condiciones.

Alemania, que depende del gas ruso para su economía, ve con recelo ceder su arsenal militar a Ucrania, temiendo que los próximos en sufrir la ira del Kremlin sean ellos. Francia, que tiene intereses comerciales con Rusia, prefiere apostar por el diálogo y la diplomacia, ignorando la intransigencia y el cinismo de Putin.

Toda Europa siente la respiración del oso, que quiere recuperar sus antiguos territorios y mandar un mensaje demoledor a Occidente: que son débiles y no pueden hacer nada. Siempre se les amenaza con el miedo nuclear, con la posibilidad de una guerra que nadie quiere ni se atreve a imaginar.

Por eso la locura de Putin. Mientras más loco parezca, más miedo ocasiona a la Unión Europea y sobre todo a la OTAN, que en estos momentos no tienen la capacidad para enfrentar a Rusia porque carecen de municiones. Putin sabe que tiene la ventaja y la aprovecha para imponer su voluntad.

¿Será capaz Ucrania de sobrevivir a la embestida del ejército ruso sin municiones? ¿Hasta dónde se le permitirá a Putin avanzar y engullirse toda la Europa del este? ¿Existen negocios ocultos entre Estados Unidos y Putin en esta guerra? Son preguntas que no podemos responder en estos momentos, pero que nos inquietan y nos alertan.

Lo que sí podemos decir es que, el mal se corta de raíz, que no se puede tolerar ni negociar con un tirano que asesina a sus opositores, que invade a sus vecinos, que amenaza al mundo. Es hora de que Occidente reaccione y actúe, de que defienda sus principios y sus aliados, de que detenga la locura de Putin antes de que sea demasiado tarde.

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Author: Redacción

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