Las primeras estimaciones de voto le dan la victoria al candidato a la reelección, con 17 puntos de ventaja. La abstención ha sido récord, del 28,8%
Por segunda vez, Francia ha vuelto a negarle el poder a la ultraderecha. De momento, con los primeros votos escrutados, Emmanuel Macron consigue imponerse a Marine Le Pen en la segunda vuelta de las presidenciales, en una cita que tenía al país y a Europa en vilo. En una elección muy apretada, según las primeras estimaciones de voto publicadas tras el cierre de los colegios por el instituto Ifop, el candidato a la reelección habría alcanzado el 58% de los apoyos, frente a los 41% de su rival, la ultraderechista Le Pen.
La abstención ha sido récord, del 28%, lo que supone que uno de cada tres votantes se ha quedado en casa. En Francia no hay sondeos a pie de urna,sino que se publican las estimaciones de voto recogidas en los colegios de las ciudades pequeñas, que cierran antes, a las seis de la tarde. Hasta las ocho está prohibido publicar sondeos. En la primera vuelta Macron logró imponerse a Le Pen con 27,8%, frente al 23,1% de apoyos de ella.
Si se confirman los datos, el francés (Amiens, 44) conseguiría renovar su mandato en este duelo tan ajustado y pasar a la historia, no sólo como el presidente mas joven de la V República (cuando ganó en 2017 tenía 39 años), sino como uno de los pocos que ha conseguido ser reelegido. Su nombre aparecerá en los libros de historia junto con los de Charles de Gaulle, François Mitterrand o Jacques Chirac.
Aunque ha adelantado de nuevo a Le Pen, a nadie se le escapa que se trata de un triunfo agridulce, pues el resultado, a falta de conocer cómo avanza el escrutinio, es más ajustado que en las elecciones de 2017, cuando ya se enfrentaron, y esto, junto con la baja participación, revela el descontento de la sociedad, el hastío y que muchos votantes no se sienten identificados con su política, pero le han votado para frenar a la ultraderechista.
Lo revela la elevada abstención, del 28%, más alta que en la primera vuelta y la mayor en medio siglo en una segunda vuelta de las presidenciales, revela el desapego de los franceses a la política.
A pesar de ello, siguen resistiéndose a dejar Francia en manos de la ultraderecha. A falta de que avance el escrutinio, nuevamente parece haber funcionado la movilización del llamado escudo republicano, que sale a votar sólo para evitar que gane Le Pen. Ya ocurrió en 2002, cuando su padre, Jean Marie Le Pen, logró eliminar al socialista Lionel Jospin en la primera vuelta electoral. El país tiene grabado a fuego este momento y en las últimas tres citas electorales a las que se ha presentado Le Pen, su adversario ha apelado a esta movilización contra la ultraderecha.
Fuente: elmundo
Author: Redacción
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