
El estallido, ocurrido alrededor de las 7:50 a. m., generó una ola de pánico entre los residentes. El agua, mezclada con escombros, lodo y fragmentos de blocks, se desbordó por las estrechas calles del sector, arrastrando todo a su paso y dejando a decenas de familias sin hogar ni pertenencias.
Vidas al borde del colapso
Brian Alexander, uno de los afectados, relató conmovido cómo logró rescatar a su hermano Juan del Vargas y a su cuñada Yesenia, atrapados por el agua dentro de su vivienda colapsada. “La pared me cayó encima, pero Dios me dio la fuerza para sacarlos”, expresó.
Su familiar, Olguita Pacheco, recogía entre los escombros lo poco que quedó: ropa húmeda, utensilios rotos y recuerdos empapados. “Todo se perdió: nevera, estufa, camas, muebles… trabajamos duro para levantar esto, y ahora no tenemos nada”, lamentó.

“El agua lo arrasó todo”
Yanira Aquino Castillo, otra residente, vivió el momento mientras llevaba a sus hijas a la escuela. “Escuché un ‘bum’ y luego la explosión. El agua me daba por los pies, venía con escombros, animales, puertas… fue aterrador”, narró. Su madre, Dolores de la Rosa, fue arrastrada por la corriente, pero logró ser rescatada por su hijo.
Gloria Aquino, hija de Dolores, también resultó afectada. “El agua entró a la habitación mientras despertaba a mis hijas. Corrí buscando a mi familia. Todo se fue nadando”, dijo entre lágrimas.
Advertencias ignoradas
Vecinos aseguran que el tanque había presentado filtraciones y fugas en el pasado. “Lo reportamos varias veces. Vinieron, lo taparon, pero nunca resolvieron. Ahora pasó lo peor”, denunció Gloria Aquino.
Richard Crispín, otro afectado, agradeció que sus padres, Ada Hilda Crispín y Juan Bautista, sobrevivieran al colapso. “Estaban dormidos. Si no fuera por los vecinos que los ayudaron, hoy estaríamos contando otra historia”, dijo mientras recogía documentos y fotografías entre los restos de su hogar.
Comunidad en crisis
El barrio La Mina permanece cubierto de lodo, piedras y polvo. Los vecinos se ayudan entre sí para rescatar lo poco que quedó. Aunque las autoridades informaron que los heridos están estables y la mayoría fue dada de alta, la comunidad exige respuestas y soluciones urgentes.
“Si esto hubiera pasado de noche, estaríamos contando muertos”, repiten los residentes, aún en estado de shock. La tragedia ha dejado al descubierto la fragilidad de la infraestructura y la necesidad de una intervención inmediata por parte de las autoridades para evitar que hechos como este se repitan.