Washington. EFE. – Una mayor inseguridad alimentaria en los países de bajos ingresos o un coste más alto de la transición a la energía limpia son dos de las consecuencias que tendrá la cada vez mayor fragmentación geopolítica, advirtió este martes el Fondo Monetario Internacional.
La invasión rusa de Ucrania en 2022 provocó la fragmentación de los principales mercados de productos básicos y las continuas tensiones geopolíticas “podrían empeorar las cosas”, alertó el Fondo en un capítulo de su último informe de perspectivas económicas (WEO, en inglés) publicado hoy.
Un aumento de la fragmentación, calcula el fondo, podría traer pérdidas de producción a largo plazo que oscilan entre el 0,2 % y el 12 % del PIB mundial por la restricción del flujo internacional de bienes y servicios, finanzas y tecnología.
Los mercados de productos básicos son particularmente vulnerables a la fragmentación, ya que la producción de materias primas suele estar muy concentrada y muchas de ellas son difíciles de sustituir en el corto plazo. Esto hace que haya una gran volatilidad de precios en los productos básicos.
Las perturbaciones comerciales derivadas de la inestabilidad internacional podrían tener, por tanto, “efectos económicos sustanciales” en las economías dependientes de las materias primas.
Gracias a los “efectos compensatorios” entre los países productores y consumidores, señala el FMI, los costos económicos globales serán generalmente “modestos”.
Sin embargo, los países de bajos ingresos con una gran dependencia de las importaciones agrícolas “se verían afectados de manera desproporcionada”, lo que generaría “preocupaciones en materia de seguridad alimentaria».
Otra de las consecuencias de la fragmentación geopolítica es la división de los mercados de minerales, que podría hacer que la transición a la energía limpia sea “más costosa”.
EFE