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Ayer domingo el Partido Revolucionario Moderno (PRM) realizó sus primarias en la cual resultó electo por tercera vez consecutiva el presidente Luis Abinader Corona. Constituyó un evento que refuerza nuestra democracia e institucionalidad, colocándonos, una vez más, como referente para todos los países de la región y del mundo.
En dichas primarias participaron cuatro candidatos, el Lic. Luis Abinader, el Dr. Guido Gómez Mazara, el Ing. Ramón Alburquerque y Delia Josefina Ortiz, quien obtuvo el 1.43% de los votos validos emitidos.
En medio de un sinnumero de “inconvenientes”, los cuales fueron denunciados por el Ing. Ramón Alburquerque, quien obtuvo un 2.20% de los votos, el presidente Abinader salió victorioso.
Alburquerque puntualizó que en las mesas destinadas para presenciar el desarrollo de los votos no permitieron la entrada de los delegados de su proyecto presidencial, acción que, de ser verdad, viola de forma flagrante el derecho que tenía cada candidato de tener sus representantes en cada colegio electoral.
Así mismo, indicó que, al momento de iniciar el conteo de los votos, luego de culminado el proceso de sufragio a las 4:00 de la tarde de hoy, las comisiones de los demás precandidatos contabilizaron los sufragios sin la presencia de sus delegados.
Por suerte, los modernos en esta ocasión no nos deleitaron con el rompimiento de sillas ni los altercados a los que nos tenían acostumbrados cuando se encontraban en el viejo partido, lo cual significa que han crecido en cuanto a civismo y buen comportamiento.
El Dr. Guido Gómez Mazara, fue el precandidato que más se le acercó al presidente de la República, sacando un 5.55% de los votos.
El presidente Abinader ganó con un 90.82% de los votos computados, lo cual ratifica su liderazgo, casi absoluto dentro de dicha organización.
En cuanto al Dr. Mazara, queremos señalar que fue el aspirante a la candidatura del partido moderno que mejor desarrolló su narrativa. Su discurso logró conectar con gran parte de las bases del PRM, convirtiendolo por momentos en un aspirante con serías aspiraciones a representar el PRM en las elecciones del 2024. El problema de nuestro caballero solitario era que si mirábamos alrededor de su base de apoyo, no encontrábamos ningún funcionario de cierta consideración en el tren gubernamental que apoyara su candidatura.
La candidatura de Guido estuvo impulsada en base a su discurso reinvindicador de las bases de su partido, vendiéndose como el candidato que más se parecía a los olvidados compañeritos; librando con ellos una lucha campal con todo lo que se acercara a lo corporativo y que oliera a palacio.
En parte, tendríamos que echarle la culpa al PLD del comportamiento de los funcionaios del palacio, ya que dicho partido cuando estaba en el poder cambiaron sus estatutos internos para permitirle a los funcionarios designados por el presidente, formar parte la dirección política de su partido, práctica que han seguido también los modernos.
Ahora, son los altos dirigentes los que ocupan una posicion estrategica en el tren gubernamental, y tambien, son los que nombran a los compañeritos.
En consecuencia, toda la dirección política del PRM, la cual, a la vez, son los funcionarios del actual gobierno, estaban del lado del presidente Abinader.
¿Ante tal escenario, quienes se les opondrían? Solo aquellos de fuertes convicciones y con una clara conciencia de su posición social enfrentarían tal maquinaria electoral.
Guido Gómez, el político profesional, con una historia que contar, la cual a lo largo del tiempo se ha ido acercando a lo que cada político aspira tener, control de su narrativa; perdió estas elecciones, bajo las condiciones planteadas, con un 5.55% lo cual lo convierte en un candidato mayoritario a tomar en cuenta para un próximo certamen electoral.
Bajo todo lo expuesto, con un pueblo que mira al presidente como a un faraón, un pueblo con baja escolaridad, una base partidaria que en mucho tiempo no veia a un funcionario tocando sus puertas, llevandole raciones alimenticias y ofertas de empleos, un pueblo con una clase media oportunista que solo vela por sus intereses, donde pocos son incapaces de no doblar sus rodillas e inclinarse ante tal figura, es que decimos que, ganó quien tenía que ganar!.
Author: Redacción
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