Por Billy Graham Castillo
CRDmedia
En un acto celebrado en San Pedro de Macorís el domingo 25 de junio del año en curso, el presidente del partido Fuerza del Pueblo, Leonel Fernández, declaró “Tenemos un presidente que es un hombre orquesta, quiere tocar todos los instrumentos”. Esta expresión puede ser tomada como un simple acto de oposición, sin embargo, es un reflejo de como se dirige el estado y que muestra debilidades que a la larga son los ciudadanos que reciben los embates de las malas decisiones.
Las señales cuentan mucho en política y las enviadas por el presidente Luis Abinader son preocupantes. En gerencia el micromanaging se realiza cuando los empleados no son capaces de realizar sus tareas de forma eficiente y el gerente debe supervisar constantemente o como se dice estar arriba del recurso humano para que pueda rendir. Eso es lo que ha decidido hacer el presidente al establecer reuniones semanales para dar seguimiento a las acciones que se están realizando para mejorar la seguridad ciudadana.
No es casualidad que la inseguridad haya desplazado al alto costo de la vida en la segunda entrega de la encuesta Gallup como el principal problema que afecta el país. ¿Tendrá el presidente que asumir todas las funciones y hacer micromanaging a lo que no da resultados? ¿Asumirá el control de los servicios públicos que presentan deterioro según reportes recientes?
Todo parece indicar que no se confía en muchas personas para realizar labores de estado según se observa con el caso de la vicepresenta Raquel Peña. Además del cargo ya mencionado ha sido designada: Coordinadora del Gabinete de Salud, Coordinadora del Gabinete de Innovación, Encargada en Medio Ambiente y Recursos Naturales, provisionalmente, Coordinadora del Gabinete Eléctrico. Esto, en lugar de demostrar la capacidad de la vice, desnuda la incapacidad de otros para asumir roles fundamentales o que desde presidencia no se confía en que puedan ejercer funciones al nivel requerido.
Presentar un equipo de trabajo para dirigir los destinos de una nación es responsabilidad de los partidos políticos. Desde la oposición fungen como gabinete sombra con personas responsables de cada área de las que se compone el gobierno. Se encargan de evaluar las ejecutorias del gobierno de turno, proponer y cuando se llega al poder ejecutar. Con lo antes dicho se demuestra que el Partido Revolucionario Moderno no hizo su tarea.
Los partidos no pueden ir al estado a prepararse para dirigir una nación, deben ir a dirigirla. Todo parece indicar que es el caso que le ha tocado vivir a la República Dominicana. ¿Necesitarán más tiempo para seguir aprendiendo? ¿Se dará un giro en el 2024 por mejores gerentes? El tiempo dará las respuestas y no muy tardado. Lo que si se debe estar seguro es que un hombre orquesta no dirige efectivamente un país, si lo hace una orquesta completa y complementada.