García Castro fue asesinado por la maquinaria criminal del régimen despótico del Dr. Balaguer, a un mes y pocos días del desembarco guerrillero del Coronel Caamaño en Playa Caracoles
Este 28 de marzo se cumplen cuatro décadas y 3 trienios, 49 años del cobarde y vil asesinato de Gregorio García Castro, agudo periodista y mártir de la libertad de expresión.
García Castro fue asesinado por la maquinaria criminal del régimen despótico del Dr. Balaguer, a un mes y pocos días del desembarco guerrillero del Coronel Caamaño en Playa Caracoles, acontecimiento al cual le dio mucha cobertura noticiosa y de opinión a través de En Un Tris…, la columna más leída del país, que publicaba diariamente en ÚLTIMA HORA vespertino, del cual era jefe de redacción.
Su asesinato causa conmoción nacional e internacional, de tal forma que las protestas estudiantiles y del pueblo en general duraron varios meses clamando justicia, y la represión del gobierno reformista y el reclamo firme de justicia hicieron un panorama muy difícil en el quehacer político y social del país, motivando también el retiro de la oposición en 1974, porque no tenían garantías democráticas de unas elecciones libres. Balaguer concurre solo con un adversario de un partido minúsculo, el del Vicealmirante Lajara Burgos, para legitimar ese matadero electoral.
La persecución y amenazas se intensificaron más tras el periódico publicar sin firma una entrevista al “Guerrillero sin montaña” como Goyito había bautizado a Toribio Peña Jaquez, pero que no fue realizado por Gregorio, y que al llegar al periódico regresando del interior del país después de dictar una conferencia, encuentra en rotativa el espectacular titular: “Guerrillero fue a UH; Da declaraciones”, García Castro se opone a esa publicación, por la forma osada e inexplicable del medio de concederla a un rebelde que estaba en guerra con el Gobierno, ademas de que no se realizó en la redacción, sino en un carro, y se hizo un simulacro con fotos de pertrechos militares en el piso de la Redacción, violando las reglas del periodismo elementales, porque no se hizo en el periódico; pidió al director: “Virgilio ya lo único que tenemos que hacer es escondernos, esto se me va a pegar a mí”, y efectivamente, medio país creyó eso porque Goyito fue que dio la primicia de la presencia de Caamaño en los programas de TV, desmintiendo a un comunicado de las FFAA. El lunes 19 de marzo Goyito se entrevistó con el presidente Balaguer y le aclaró que no fue él quien hizo la referida entrevista, Balaguer le ofreció un cargo diplomático y le dijo que no podía garantizarle la vida en el país, y Goyito se negó a aceptar el cargo.
La entrevista, rebosó la copa, él estaba amenazado desde que desenmascaró LA BANDA entre 1971-1972, agrupación parapolicial y paramilitar que asesinó cientos de jóvenes opositores al balaguerismo de los 12 años.
Toda una generación revolucionaria y progresista: fue exterminada: Homero Hernández, Freddy Sosa, Andres Ramos Peguero, Henry Segarra, Otto Morales, Amín Abel Hasbun (f), Roberto Chapó, y a fines de los años 60 Guido Gil y Orlando Mazara etc., con asesoría de la CIA y la contraparte del Grupo Halcón de Pérez y Pérez / Cruz Brea.
Gregorio García Castro se inició muy joven en el periodismo, en La Información de Santiago, luego en La Nación y El Caribe y Rodo Caribe, donde llegó a ser Director General en 1962.
Luchador por las libertades públicas, la libertad de expresión y los derechos humanos, sufrió persecución, cárcel, exilio y deportación del régimen de facto del Triunvirato tras golpe de estado contra el Prof. Juan Bosch, por su defensa de la constitucionalidad.
En el exilio combate al Triunvirato, apoya la Revolución Constitucionalista, regresa al país en 1966 tras el Acta Institucional, y a pesar de haber ayudado significativamente al candidato triunfante, Joaquín Balaguer, rechazó altos nombramientos y le dice al nuevo mandatario que el solo quería seguir en su oficio de periodista.
Es así que en 1966 prefirió ser Relacionador Público de Agricultura a ser Secretario Administrativo de la Presidencia u otro alto cargo, y ahí desarrolló una gran labor informativa y de extensión agrícola ganando un premio internacional por una página que publicaba en el Listín Diario (Premio de la Juventud Rural).
Ya en 1970 funda con otros periodistas el vespertino ULTIMA HORA y se convierte en acervo crítico del régimen balaguerista, se opone a la reelección, ataca la represión, desenmascara La Banda.
Despliega una amplia labor de presan escrita, radio, TV, relaciones públicas, conferencias de libertades de expresión, opinión pública, de política, historia reciente, etc. Logran un gran liderazgo e incidencia de opiniones, colaborar con las revistas RENOVACIÓN y LA CRÓNICA, produce un programa diario de comentarios políticos en Color Visión, HOY, es editorialista y comentarista de otros medios radiales y televisivos.
Defendió y protegió a presos políticos, exiliados, viudas, huérfanos, sin banderías partidarios, por solidaridad humana.
La convulsión política continua tras la reelección de 1974, la represión a opositores, varios periodistas se autoexilian, artistas y músicos ocupan Iglesias por la libertad de los precios políticos. Centrales sindicales, artistas de la nueva canción como Sonia Silvestre, Victor Victor y Expresión Joven, y los periodistas Orlando Martínez y Carlos Francisco Diaz, entre otros organizan el evento 7 días con el pueblo, una semana artistas nacionales y extranjeros, interpretando canciones de protesta, por la libertad de los precios políticos, el regreso de los exiliados y garantía democrática para la población, etc. y en 1975, un joven columnista, Orlando Martínez asume un liderazgo de opinión y hace un juramento trazando una raya de Pizarro, entre los que callaron tras el asesinato de García Castro, diciéndole sigan en silencio y “los que creemos que no hay zonas prohibidas para escribir, sigamos así…” y también fue asesinado por un crimen de estado el 17/3/75. Esa es la historia de esos hechos y sus derivaciones, sin discriminar a ningún mártir de la libertad de prensa y de la libertad de expresión, ni tampoco a los demás luchadores por las libertades públicas.