Incomprensible, pero legal

 

Por Carmen Imbert Brugal
Ciudadanía RD media

A partir de ahora, conforme con el alcance de la asociación con la PEPCA conoceremos detalles ominosos. Mientras, Montilla Sierra tendrá que pagar a la DGII RD$431,816,307. 90.
Jurista, escritora, periodista y columnista dominicana.

La revista Forbes no incluye su nombre en la lista de millonarios dominicanos, Mercado no le ha dedicado portada alguna. El hombre disfrutaba su fortuna de manera mesurada, tal vez con sus proveedores asiáticos se permitía licencias que aquí nadie reveló antes del destape.

El descubrimiento de un connacional poseedor de un multimillonario patrimonio, discreto, seguro de su capacidad como emprendedor, cualidad que le permitió el monopolio de ventas al sector eléctrico, será una de las revelaciones del año. Beneficiario de sus vínculos con la familia presidencial, Maxy Montilla Sierra, utilizaba la relación para obtener contratos y órdenes de compra envidiables.

El rumor comenzó a divulgar las imputaciones en su contra y cuando el vicepresidente ejecutivo del Consejo Unificado de las EDES, representado por sus abogados, depositó en la Procuraduría Especializada de Persecución de la Corrupción Administrativa (PEPCA) una querella con constitución en actor civil contra 14 personas y 25 empresas que estafaron al Estado a través de las EDES-periodo2012-2020-el cabecilla del “entramado mafioso” visitó de manera voluntaria las oficinas de la PEPCA. Atribuyó la acusación a sus competidores. Repetía: “no soy político, soy empresario, estoy defendiendo mi honor”.

¿Qué ocurrió con el cuñado del expresidente Danilo Medina? ¿Cuáles designios lo conminaron a exponer dignidad, patrimonio, palabra empeñada y a colocarlo en la oprobiosa categoría de soplón?

La admisión de culpa y responsabilidad en la comisión de las infracciones imputadas, permite mencionarlo sin temor a la reiterada violación de la presunción de inocencia y al irrespeto del debido proceso.

En esta ocasión fue omitido el atropello característico del órgano persecutor convertido en marca cuando se trata de casos de corrupción administrativa. No hubo cámaras, casco, chaleco, tampoco declaraciones oprobiosas en su contra. El tratamiento a Montilla Sierra ha sido con manos de seda. Firmó una especie de cuasi contrato o algo similar al reparto de acciones cuando se diluye una compañía. Los negociadores están eufóricos con el éxito de la aplicación del criterio de oportunidad, también el empresario vencedor de competidores, indemne a controles financieros e impositivos.

El acuerdo, previsto en el Código Procesal Penal, para muchos resulta indignante. En la PEPCA prefirieron no interrumpir el sueño del infractor con un allanamiento y recuperar parte de lo sustraído, solución más efectiva que el encierro en los casos de corrupción. Es irrebatible que su imagen tras las rejas satisfaría más al colectivo que el acuerdo.

A partir de ahora, conforme con el alcance de la asociación con la PEPCA conoceremos detalles ominosos. Mientras, Montilla Sierra tendrá que pagar a la DGII RD$431,816,307. 90.

En el pacto, homologado por el juez Raymundo Mejía, del Primer Juzgado de la Instrucción del DN, se establece el decomiso de RD$2,000 millones en efectivo y de algunos inmuebles, propiedad del autor, a favor del Estado también la disolución de sus empresas. Redimido no está, aunque su patrimonio disminuya. Por añadidura vendrá la vergüenza, el eventual reclamo de los cómplices que zozobrarán gracias al chivateo, sin olvidar que el “blindaje” de las acusaciones de la PEPCA, depende de desesperadas confesiones y delaciones, como si el sistema inquisitorio acechara.

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Author: CRDMedia

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