Al contrario que sus hermanos, a Ivanka la representa un equipo de abogados diferente del que representa a Donald Trump.
Ivanka, que trabajó estrechamente con su padre tanto en la Organización Trump como en la Casa Blanca, mantuvo un tono sereno y calmado durante toda la jornada, en contraste con los exabruptos del exmandatario de este lunes, cuando testificó ante el juez.
La fiscal general de Nueva York, Letitia James, inicialmente incluyó a Ivanka en su denuncia contra el expresidente por presuntamente inflar el valor de varios activos para conseguir préstamos favorables, aunque posteriormente fue retirada del caso después de que un tribunal de apelaciones fallara a su favor.
Es el cuarto miembro de la familia Trump que testifica en el juicio, después de su padre y sus hermanos Donald Trump Jr. y Eric Trump.
Al contrario que sus hermanos, a Ivanka la representa un equipo de abogados diferente del que representa a Donald Trump.
Durante su testimonio este miércoles, la mujer aseguró que no recuerda detalles de las negociaciones para lograr financiación para diversos proyectos de la Organización Trump, o de las conversaciones para asegurar un préstamo de 300 millones de dólares de Deutsche Bank.
Trump se enfrenta a una multa de 250 millones de dólares y podría ver revocadas sus licencias para hacer negocios en la ciudad.
El expresidente se sentó por fin como testigo el lunes tras asistir varios días al proceso, que comenzó el 2 de octubre y en el que se dirimen presuntas ilegalidades relacionadas con el fraude en la Organización Trump, su empresa familiar.
El juez Arthur Engoron ya dictaminó de manera sumaria, antes de empezar el juicio, que Trump y los otros acusados -sus dos hijos mayores y dos antiguos ejecutivos de la empresa- cometieron fraude continuado, una decisión que el expresidente y sus abogados denunciaron como injusta.
Sin embargo, su decisión de cancelar las licencias de negocios de Trump se topó con el bloqueo (temporal) de un tribunal de apelaciones. La fiscal le ha pedido ahora que decida sobre la multa y que prohíba a la empresa familiar acceder al mercado inmobiliario de Nueva York durante los próximos cinco años.