La mala administración de la justicia engendra monstruos y desgarra el tejido familiar.
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En tiempos recientes, hemos observado en las redes sociales a padres reclamando su derecho a estar con sus hijos tras la ruptura de la relación con las madres. Estas, aprovechando la situación, castigan negando el acceso de los padres a sus hijos.
Al hacerlo, también privan a los hijos de crecer en un entorno de salud mental equilibrada, sin resentimientos. Este comportamiento, a menudo perpetrado por lo que los psicólogos llaman “madres manipuladoras”, pasa desapercibido para el sistema judicial, dando lugar a un paradigma matriarcal que otorga a la madre un control absoluto sobre los hijos, como si fueran simples objetos.
Las madres manipuladoras intentan ejercer un control total sobre sus hijos, limitando sus interacciones sociales, restringiendo sus relaciones con el otro progenitor en caso de separación e incluso haciendo miserable la vida de sus propios hijos.
Los hijos de estas madres manipuladoras ocultan sus emociones, mienten para evitar la ira materna, niegan sus propios sufrimientos y se refugian en la mentira. En consecuencia, suelen tener dificultades para establecer relaciones emocionales saludables, lo que afecta su bienestar mental.
Entonces, nos preguntamos: ¿cómo puede la justicia familiar ignorar los efectos perniciosos de las madres manipuladoras? ¿Cómo es posible que muchas madres dominicanas nieguen el derecho de los padres a estar con sus hijos como una forma de castigo? Esto es un crimen y una clara violación de los principios éticos y profesionales que deben guiar la administración de justicia.
Si continuamos por este camino, tendremos que crear sistemas de protección para las víctimas de este flagelo. Necesitaremos establecer refugios para aquellos niños y niñas que desean escapar de esta prisión emocional, así como servicios de atención para aquellos afectados por problemas de salud mental. Estamos fallando en nuestro deber de preservar la integridad de nuestros niños, y es hora de que actuemos con mayor profesionalismo y dedicación.
Llamamos a las autoridades encargadas de la protección de la infancia a reflexionar sobre esta grave problemática que está fracturando familias y afectando la salud mental de nuestros niños. Es necesario desarrollar protocolos específicos para proteger los derechos de padres e hijos víctimas de la manipulación materna.
Author: Redacción
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