
Santo Domingo, RD.–Apuntó que la salud pública no es un derecho de ricos, sino de todos los dominicanos y residentes legales en el país.
Con el Sermón de las Siete Palabras, la Iglesia Católica realizó fuertes críticas a los que consideró problemáticas que están afectando la sociedad dominicana, como la minería, el sistema de salud, la inseguridad, los accidentes de tránsito, los feminicidios, entre otros.
En la primera palabra: “Señor perdónalos que no saben lo que hacen”, el cura párroco Roberto Ramírez, de la parroquia San Roque González de Santo Domingo Norte, arremetió contra la actividad minera, pidiendo que esta sea regulada y se transparenten los proyectos económicos que tienen que ver con el medioambiente.
Ramírez expuso que se habla mucho de minería responsable, “pero lejos de frenar el daño, buscan expandirlo y saben muy bien lo que hacen, en definitiva, se usa un libreto falso de responsabilidad y de vida sostenible”.
Destacó que en el país es necesario transparentar los procesos económicos que impactan al medioambiente, de manera que se devuelva la confianza en dichos procesos.
“La gente no confía en los procesos medioambientales, especialmente en los que está involucrada la minería y los recursos naturales”, refirió el cura, y reclamó que el Estado debe sentarse con las comunidades antes de que lleguen las empresas a buscar salidas no conflictivas con los comunitarios.
El cura criticó que el Gobierno confunda sus obligaciones con la defensa a las empresas de explotación minera indicando que “en los conflictos medioambientales presentados con los mineros el problema es cuándo no se sabe quién es el Gobierno y quién es la empresa”.
Además de la minería, el párroco mencionó que desde el descubrimiento en la isla se han llevado políticas de desarrollo económico que han impactado el medio ambiente, como la “economía azucarera basada en la mano de obra barata e ilegal”.
“La economía azucarera basada en la mano de obra barata e ilegal, creando otros problemas ambientales-demográficos-migratorios, donde hoy día, tampoco se culpa a los realmente responsables de dicho problema”, expresó.
Durante la reflexión de la segunda palabra “Hoy estarás conmigo en el paraíso” del evangelio de Lucas, el padre de la Parroquia Nuestra Señora de Fátima, Nicolás Cuello Hernández criticó un legislador obtenga un sueldo muy por encima de la clase médica.
“Necesitamos una mejor remuneración para nuestros médicos, enfermeras y personal de salud, no podemos olvidar que para la pandemia los médicos y enfermeros fueron los héroes de este pueblo. No es posible que un legislador gane tres y cuatro veces más que un médico especialista”, expresó el padre Cuello Hernández.
Calificó a la clase médica como “protagonistas”, al mencionar que estos trabajan con pocos recursos e insumos. Ante lo que realizó un llamado al gobierno y al Sistema Nacional de Salud (SNS) para que mejore el bienestar de todos los dominicanos.
Apuntó que la salud pública no es un derecho de ricos, sino de todos los dominicanos y residentes legales en el país, por lo que refirió que “no es posible que los centros privados dejen morir un dominicano porque se requiere un seguro para una emergencia”.
“No es posible que para las mujeres dominicanas parturientas no haya espacio en los hospitales porque un 40% de las parturientas en los centros de salud son extranjeras”, resaltó.
En la tercera palabra: “Mujer, ahí tienes a tu hijo… hijo, ahí tienes a tu madre”, el diácono Luis Sandy Cabrera Martínez de la Parroquia Espíritu Santo de Villa Mella, sostuvo que dolor desgarrador que sintió María al ver su hijo en agonía, es el mismo que estremece la sociedad dominicana ante el flagelo imparable de la inseguridad ciudadana.
El religioso manifestó que la inseguridad continúa creciendo sin control, donde los padres viven en alerta cuando un hijo sale a la calle, por la incertidumbre si su hijo llegará a salvo a su casa.
Asimismo, mencionó que los informes policiales sobre homicidios no son simples cifras, “son sueños truncados, futuros robados, familias condenadas a un dolor sin fin. Detrás de cada estadística hay una madre que no podrá volver a abrazar a su hijo”.
“Las autoridades, en muchos casos, parecen indiferentes o impotentes, atrapadas en la burocracia o la corrupción que mina cualquier intento de solución real. Sus discursos huecos ya no consuelan, sus promesas suenan a letra muerta en un país donde la justicia parece haberse tomado vacaciones permanentes. Mientras tanto, la ciudadanía clama por respuestas que nunca llegan, por acciones concretas que devuelvan la tranquilidad perdida”, sostuvo.
accidentes de tránsito
En la cuarta palabra: “Dios mío Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”, el diacono Juan María Durán de la parroquia Corpus Christi, hizo un llamado a la sociedad ante los accidentes de tránsito que cada año cobran la vida de miles de personas.
“Como ciudadanos que transitamos por nuestras calles y avenidas experimentamos a diario la amarga experiencia de sentirnos abandonados y desprotegidos, vemos con alta preocupación cómo incrementa cada año el número de víctimas fatales por causa de accidentes de tránsito”, expuso.
María Durán exhortó a los ciudadanos y autoridades a sembrar esperanza, al considerar que “es tiempo de cambiar el rumbo, es tiempo de arrojar nuestro granito de arena para así cambiar nuestra sociedad”.
En tanto que, el diacono Frank Luis de la Cruz en la reflexión de la quinta palabra, “Tengo sed”, rezó por los jueces, fiscales y los que dirigen la Dirección General de Servicios Penitenciarios y Correccionales, para que no olviden que “al final de su existencia, Dios será su juez, cada uno se enfrentará cara a cara con Jesús, pues Él está identificado como el juez universal, que decide la suerte de los hombres según el criterio de la fidelidad que se exprese a través de una justa conducta de vida”.
De la Cruz resaltó que uno de los desafíos más urgentes de la pastoral penitenciaria es la defensa de los derechos humanos de las personas privadas de su libertad, al considerar que la violación de los derechos humanos en las prisiones provoca mayor marginación, exclusión y sufrimiento.
Ante esto, agradeció a Dios porque fue anunciada la apertura de la nueva cárcel de Las Parras, sin embargo, manifestó que es urgente la construcción de más cárceles.
En la reflexión de la sexta palabra, “Todo está consumado”, Carmen Dolores Ferrer, de la Congregación Hermanas de la Caridad del Cardenal Sancha, denunció que la falta de fuentes de trabajo ha provocado un aumento en el desempleo.
Ferrer comunicó que el mundo aún no es como Dios lo soñó y como Jesús lo intentó, ya que existe la exclusión de grandes sectores de población, de seres humanos considerados “desechables o descartables”, por no ser funcionales ni productivos a la lógica del sistema.
“Campean los antivalores, abunda la violencia, la corrupción, nos rodea la muerte y muchas otras acciones cotidianas a las que nos hemos acostumbrado”, pronunció.
Por su parte, Bárbara Suárez, coordinadora de la Pastoral Infantil de la Parroquia Nuestra Señora del Rosario tuvo a cargo la séptima palabra “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”, a través de las cuales reflexionó sobre a violencia intrafamiliar y los feminicidios.
feminicidios
La franciscana consideró que violencia la intrafamiliar y los feminicidios son un problema social, que debe ser declarado emergencia nacional por el impacto que tiene para las familias.
“Se hace necesario tomar medidas urgentes.Todos debemos elaborar programas concretos de coordinación y de acción para erradicar los feminicidios, para que las familias que padecen violencia intrafamiliar sean acompañadas de manera sistemática e integralmente, ya no podemos solo lamentarnos, hay que pasar a la acción”, explicó.