La iglesia evangélica y su responsabilidad social

Por Redacción
CRDmedia

Cada año, el primer día de enero, miles de fieles evangélicos se reúnen en el Centro Olímpico Juan Pablo Duarte para celebrar la Batalla de la Fe, un evento que busca fortalecer la unidad, la esperanza y la fe de los cristianos dominicanos. En esta ocasión, el lema elegido fue “Alerta final”, una llamada a la vigilancia y la preparación ante los tiempos difíciles que se avecinan.

Uno de los oradores principales fue el pastor Ezequiel Molina Rosario, quien aprovechó la oportunidad para expresar su rechazo a la Agenda 2030, un plan global impulsado por la ONU para promover el desarrollo sostenible, la equidad y la protección del medio ambiente. Según el pastor Molina, esta agenda es una amenaza para la soberanía, la identidad y los valores de la nación dominicana.

Pero lo que más llamó la atención de su discurso fue su afirmación de que la gente no debe culpar al gobierno de los problemas que afectan al país, sino a sí misma. El pastor Molina sostuvo que cada persona es responsable de su propia existencia y de sus propias acciones, y que debe crear su propio sentido y valor en la vida. Esta postura se asemeja a la corriente filosófica del existencialismo, que defiende la libertad, la autenticidad y la responsabilidad individual.

Sin embargo, ¿es esta la postura correcta para la iglesia evangélica? ¿Es acaso el individuo el único responsable de su situación y de su destino? ¿Qué papel juega el Estado y el gobierno en la garantía de los derechos y las necesidades de los ciudadanos? ¿Qué responsabilidad social tiene la iglesia evangélica ante los desafíos que enfrenta la sociedad dominicana?

Creemos que el pastor Molina ha cometido un grave error al eximir al gobierno de su responsabilidad en la solución de los problemas que aquejan al país. No se puede ignorar el hecho de que el Estado tiene el deber de garantizar el derecho a la vida, el respeto a la integridad personal, la protección a la inviolabilidad del domicilio y el respeto irrestricto a la libertad de movimiento de todos los dominicanos. Estos son los elementos básicos para la construcción de políticas públicas de seguridad ciudadana, según la experta Claudia Patricia Gómez Rojas.

Tampoco se puede negar que el gobierno tiene la obligación de proveer los servicios públicos esenciales, como la salud, la educación, la energía, el agua, el transporte y la comunicación. Estos son los pilares para el desarrollo económico, social y cultural de la nación. No se trata de imponer una agenda externa, sino de cumplir con los compromisos asumidos por el país ante la comunidad internacional.

Por otro lado, creemos que el pastor Molina ha olvidado la misión y la función de la iglesia evangélica en la sociedad. La iglesia evangélica no puede limitarse a predicar el evangelio y a esperar el regreso de Cristo. La iglesia evangélica debe ser sal y luz del mundo, debe ser una voz profética que denuncie la injusticia, la corrupción, la violencia y la opresión. La iglesia evangélica debe ser un agente de cambio que promueva la paz, la justicia y la reconciliación. La iglesia evangélica debe ser una comunidad de amor que proteja y cuide a las personas que sufren, que eduque y sensibilice a sus miembros sobre el valor y la dignidad de cada ser humano, y que colabore con otras instituciones y organizaciones que trabajan por el bien común.

Esta es la postura que esperamos de la iglesia evangélica, una postura que refleje el mensaje y el ejemplo de Jesucristo, quien vino a traer buenas noticias a los pobres, a proclamar libertad a los cautivos y a anunciar el año de la gracia del Señor. Esta es la postura que necesitamos para enfrentar los retos que nos plantea el presente y el futuro. Esta es la postura que nos permitirá vivir como ciudadanos responsables y como cristianos comprometidos.

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Author: Redacción

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