
Santo Domingo, RD.–Pedimos encarecidamente a la Dirección General de Migración, que nuestras salas médicas no se conviertan en puntos de control migratorio, y más aún, que no se produzcan situaciones dolorosas que contradigan el Evangelio de la caridad”, expresó en un comunicado la Conferencia del Episcopado Dominicano (CED).
La iglesia católica solicitó ayer a las autoridades dominicanas no convertir a los hospitales en puntos de controles migratorios y que en cambio se enfoquen en la persecución de aquellos que trafican inmigrantes irregulares.
“Pedimos encarecidamente a la Dirección General de Migración, que nuestras salas médicas no se conviertan en puntos de control migratorio, y más aún, que no se produzcan situaciones dolorosas que contradigan el Evangelio de la caridad”, expresó en un comunicado la Conferencia del Episcopado Dominicano (CED).
Exhortó a las autoridades a que, por el contrario, persigan y sanciones a los que trafican con inmigrantes irregulares, “sean de la nación que sean”.
Se recuerda que a principios del mes de abril, el presidente Luis Abinader anunció 15 medidas contra la migración irregular haitiana y, una de ellas, fue controlar la afluencia a los hospitales públicos de personas en condición migratoria irregular.
La decisión incluyó establecer un protocolo para instruir al personal de los hospitales para que exijan los siguientes requisitos: una identificación, carta de trabajo en el país y prueba domiciliaria; además de acordar una tarifa para todos los servicios brindados a los pacientes extranjeros.
A través del documento enviado a los medios de comunicación, los representantes de la iglesia católica en el país indicaron que aunque el Gobierno ha dado un “buen trato” a los migrantes haitianos ante la situación de inestabilidad de su nación, sin embargo las redadas realizadas “empañan” esa “labor solidaria” de las autoridades dominicanas.
“Reconocemos el esfuerzo constante que, desde nuestra nación y gobierno dominicano, se ha ido haciendo y se hace en favor de Haití: recibimiento en escuelas, hospitales, apertura de espacios para la realización de mercados binacionales varios días a la semana, edificación de un centro de educación superior en Haití, permisos de empleos en la agricultura y la construcción, entre otros”, refiere el comunicado de los obispos.
Sin embargo, plantea que estos esfuerzos se ven empañados por las redadas que se realizan contra migrantes irregulares y, aunque la CED reconoce el derecho que le asiste a toda nación de aplicar sus leyes migratorias, exhortó a las autoridades nacionales a que su ejecución sea siempre conforme a los principios de justicia, equidad y respeto a la dignidad humana”.
Rechazan discurso “xenófobo”
Mediante el mismo comunicado, la CED indicó que es “inaceptable” el discurso xenófobo y discriminatorio contra el inmigrante.
“Es inaceptable, ya que solo genera sentimientos de odio y violenta el clima de fraternidad entre nuestras naciones. Rechazamos cualquier discurso que incite a la violencia, el rechazo, la marginación y la discriminación”, indican los obispos.
Llamado a la comunidad internacional
La CED se unió al llamado de que la comunidad internacional intervenga en la situación que atraviesa la vecina nación.
“Insistimos ante la comunidad internacional y les hacemos un llamado urgente para que, más allá de los discursos, actúe con firmeza en favor del pueblo haitiano. Es tiempo de gestos concretos de solidaridad, que ayuden a construir la paz y el desarrollo duradero en esa nación hermana”, indicó.