Por Jorge Amin
CRDmedia
El Reino del Desencanto bajo el Mando de Abinader. En la penumbra de una nación sumida en la desesperación, el grito desgarrador de una mujer se alza como un lamento que resuena en los corazones de millones. Su llanto no es solo suyo; es el eco de un pueblo oprimido, ahogado en un mar de decepción y desesperanza. En el semblante destrozado de esta ciudadana, vemos reflejado el dolor y la impotencia de toda una nación, una nación que clama por redención, pero se encuentra atrapada en las fauces de un régimen que solo ha traído miseria y desdicha.
El gobierno de @luisabinader , ese ente siniestro que se alza como una sombra sobre la República Dominicana, ha sumido al país en un abismo de desesperación y desilusión. Bajo su mandato, el sueño de un futuro próspero se ha desvanecido, dando paso a una pesadilla de corrupción, incompetencia y opresión. El Partido del Retroceso Mediocre (PRM), su legión de lacayos ha demostrado ser el verdugo de la esperanza, sepultando las aspiraciones de todo un pueblo bajo un montón de promesas vacías y mentiras descaradas.
Desde su ascenso al poder, Abinader ha demostrado ser un déspota sin escrúpulos, cuyas acciones han dejado un rastro de destrucción a su paso. Su gestión, marcada por la ineficiencia y la corrupción desenfrenada, ha llevado al país al borde del abismo, con un gobierno más preocupado por enriquecerse a sí mismo que por velar por el bienestar de sus ciudadanos. La malicia de sus ministros, sus maquinaciones oscuras tras bambalinas han convertido a la República Dominicana en un estado fallido, un territorio en el que reina la desconfianza y el temor.
En el corazón de este caos se encuentra una paradoja desgarradora: un gobierno que prometía ser la salvación del país se ha convertido en su perdición. La esperanza se ha desvanecido, reemplazada por un sentimiento de impotencia y desesperación. ¿Cómo es posible que aquellos que prometieron redención sean los mismos que nos han conducido a la ruina? La respuesta yace en la esencia misma del poder: la corrupción corroe hasta los cimientos más sólidos, dejando a su paso un rastro de desolación y desesperanza.
Author: Redacción
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