Naciones Unidas (EFE).- La Asamblea General de la ONU volvió a debatir este martes sobre la guerra en Gaza después de que Estados Unidos vetara el mes pasado en el Consejo de Seguridad una enmienda rusa a una resolución para impulsar el envío de ayuda humanitaria al enclave palestino.
La resolución salió adelante, aunque tanto Washington como Moscú se abstuvieron.
Sin embargo, la enmienda rusa hubiera incluido un llamamiento al alto el fuego en la Franja de Gaza, donde más de 22.000 personas han muerto y 1,9 millones se han visto desplazadas en medio de los constantes bombardeos israelíes para eliminar al grupo islamista Hamás.
En un discurso ante la Asamblea General, el representante estadounidense Robert Wood acusó a Rusia de “proponer enmiendas e ideas desconectadas de la situación sobre el terreno”.
“Es profundamente preocupante que tantos estados miembros parecen haber dejado de hablar del drama de los más de 100 rehenes secuestrados por Hamás y otros grupos”, dijo Wood.
El estadounidense se alineó así con la postura del Gobierno de Israel, que defiende que un alto el fuego en Gaza solo serviría para dar tiempo a Hamás de rearmarse y lanzar otro ataque como el del 7 de octubre, en el que murieron 1.200 personas y unas 250 fueron secuestradas.
El embajador israelí ante la ONU, Gilad Erdan, reiteró sus críticas al organismo, al que acusó de encontrarse en “bancarrota moral” por centrarse en pedir ayuda para los civiles en Gaza sin hacer antes todo lo posible por liberar a los rehenes.
“La ONU es un arma de guerra en manos de los terroristas”, llegó a decir el representante, que ha pedido la dimisión del secretario general, António Guterres.
Nuevos llamamientos a un alto el fuego
La postura se encuentra bastante alejada de la mayoría de miembros del organismo, que este martes reiteraron su llamamiento a un alto el fuego en el enclave palestino.
Pero no fueron solo los embajadores de los países miembros de la ONU los que se manifestaron este martes a favor del cese de las hostilidades: un grupo de “rabinos por un alto el fuego” llevaron pancartas a la sede del Consejo de Seguridad para pedir al Gobierno estadounidense que deje de vetar este tipo de resoluciones.
“Biden: el mundo dice ‘alto el fuego’” se podía leer en uno de los carteles que el grupo llevó a la sala, que estaba vacía, ya que hoy no hay prevista ninguna reunión del Consejo.
En el mismo sentido se expresó en su discurso ante la Asamblea General el representante palestino ante la ONU, Riyad Mansour, que se preguntó cómo es posible pensar que la ONU, los organismos humanitarios y millones de personas de todo el mundo “se equivocan” al pedir un alto el fuego en el enclave.
“No hay orgullo en equivocarse solo”, advirtió Mansour.
El derecho a veto, cuestionado en la ONU
A raíz de la invasión rusa de Ucrania, la Asamblea General de la ONU adoptó una nueva norma que la obliga a tratar cualquier veto emitido en el Consejo de Seguridad por sus cinco miembros permanentes: Estados Unidos, China, Rusia, Francia y Reino Unido.
Sin embargo, y a pesar de múltiples llamamientos de un gran número de países del organismo, ha sido imposible de momento reformar el Consejo para eliminar, restringir, o incluso ampliar el derecho a veto de sus miembros permanentes.
La Asamblea General, donde cada país miembro de Naciones Unidas tiene un voto, no puede aprobar resoluciones vinculantes, pero sí sirve para mostrar la postura de la mayoría de sus miembros sobre los temas que trata el Consejo de Seguridad.
En diciembre, una abrumadora mayoría de 153 países votaron a favor de una resolución para pedir “un alto el fuego humanitario inmediato” en Gaza, después de que Estados Unidos vetara una iniciativa similar en el Consejo de Seguridad.
Solo votaron en contra 10 países: EE.UU., Israel, Austria, República Checa, Micronesia, Papúa Nueva Guinea, Nauru, Liberia, Guatemala y Paraguay.