Por Redacción CRDmedia
La reciente victoria del Partido Revolucionario Moderno (PRM) ha sacudido los cimientos de la sociedad dominicana, generando un torrente de reacciones y análisis.
El PRM, armado con todos los recursos del Estado y el apoyo económico derivado de la extensión del contrato de AERODOM, ha evidenciado que la combinación de poder económico y político puede ser invencible en nuestra sociedad.
La estrategia implementada por el PRM, que incluyó extender la temporada navideña hasta junio, la entrega de raciones alimenticias, zinc, block, barilla y cemento – una táctica previamente criticada cuando era empleada por el PLD – resultó ser efectiva para ganar la lealtad del electorado en las municipales. En un país donde muchas personas enfrentan dificultades económicas, estas dádivas se convirtieron en un recurso valioso para asegurar el apoyo popular.
Sin embargo, no todo es color de rosa. El PRM ha sido acusado de ser un gobierno entreguista y aliado del narcotráfico; además se le señala como cómplice de las élites haitianas que amenazan nuestra nacionalidad y soberanía; y ademas, que incentiva la proliferación del microtráfico de drogas.
Algo que hay que destacar que sirvio para el PRM apuntalar su victoria en esta elecciones se debió, a la falta de unidad entre la Fuerza del Pueblo y el Partido de la Liberación Dominicana, lo cual facilitó una victoria fácil para el PRM en numerosas alcaldías. La incapacidad para la Alianza Rescate RD mantenerse unida resultó en otra ventaja para el partido gobernante.
La oposición debe tener como imperativo revisar todos los aspectos políticos que condujeron a semejante catástrofe electoral. La opinión pública está cada vez más consciente de los actos onerosos realizados por la dirigencia del PRM y del gobierno de Luis Abinader. El uso indiscriminado de los recursos estatales nos sitúa peligrosamente cerca a sociedades tribales presentes en regiones como el África subsahariana, a lo cual debemos prestarle atención.
Dominicanos, estamos ante un momento crucial para reflexionar sobre nuestro futuro político y social como nación; es tiempo para evaluar nuestras acciones pasadas e idear estrategias para el bienestar colectivo.
No podemos permitir que el poder se concentre en unas pocas manos, ni que se vulneren nuestros derechos y nuestra identidad. Debemos exigir transparencia, rendición de cuentas y participación ciudadana. Solo así podremos construir una democracia sólida y una sociedad justa.
Author: Redacción
Medio digital de comunicación de República Dominicana
