Por Redacción
CRDmedia
Coches bomba, bebidas venenosas, drones kamikaze, entre otros, son acciones ya aceptadas en el mundo del espionaje, las cuales no se salen de lo convencional, pero hacer que un dispositivo de comunicación, a través de un ciberataque, como los walkie-takie y bípers, estallen al mismo tiempo a miles de militantes terroristas, hablamos de otro nivel. Este es el caso reciente que involucra al servicio de inteligencia israelí “El Mossad”, quienes, al parecer, han realizado una operación propia de la saga de cine “Misión Imposible”, al darle un golpe mortal al grupo militante Hezbolá.
Desde hace meses, el servicio secreto israelí ha sido duramente criticado por NO prever el ataque del movimiento islamista Hamás en Israel, aquel fatídico día 7 de octubre. Sin embargo, los últimos acontecimientos han venido a proveerle de la credibilidad y confianza ante sus ciudadanos y el mundo, al asesinar en pleno centro de Teherán, Irán, a uno de los líderes de Hamás el pasado julio.
Volviendo al caso de las detonaciones de los Bípers, aunque Israel no se ha atribuido semejante operación que implicó la explosión a distancia de aproximadamente 5,000 localizadores AR-924, donde hubo 32 víctimas mortales y más de tres mil heridos en Líbano, los servicios de seguridad libaneses y expertos como Lawrence, ex oficial técnico de municiones del ejército británico, coinciden en que estos dispositivos fueron manipulados con explosivos antes de su entrega. Lawrence explica que estos localizadores fueron modificados específicamente para incluir explosivos, lo que podría confirmarse mediante un análisis forense de los focos de explosión.
Se especula que se utilizaron pequeñas cantidades de PETN o RDX como explosivo. Los expertos en desactivación de bombas han señalado que la construcción sencilla de un localizador ya incluye la mayoría de los componentes necesarios para una bomba improvisada; solo faltaría añadir material explosivo y un detonador.
Al parecer, los localizadores AR-924 identificados en los atentados del Líbano fueron fabricados bajo licencia por la empresa húngara BAC Consulting KFT. Así lo asegura Apollo Gold, la empresa taiwanesa que emitió la licencia para producirlos en Hungría.
La capacidad demostrada en los recientes ciberataques plantea serias preguntas sobre nuestra seguridad futura. La posibilidad de que dispositivos de comunicación, como los bípers modernos, sean hackeados para detonar a distancia es simplemente aterrador. Estos dispositivos, que tienen conexiones a ordenadores y baterías manipulables, son vulnerables a ciberataques sofisticados.
La guerra secreta entre Israel y Hezbolá continúa, con cada bando buscando una ventaja en un juego mortal de espionaje y contraespionaje que no tiene final, a menos que uno elimine al otro.
Para protegernos de los ciberataques, es crucial implementar medidas preventivas que incluyan la actualización tecnológica y el monitoreo constante de nuestros equipos. Seleccionar tecnologías más seguras.
La amenaza de los ciberataques es real y presente, y debemos estar preparados para enfrentarla con todas las herramientas a nuestra disposición, ya que una vez ocurrido un hecho como el que presenciamos otros estarán en la capacidad de hacerlo.