“Para evitar más sufrimiento humano incalculable, tenemos que proteger la naturaleza, eliminar la mayoría de las emisiones de combustibles fósiles y apoyar adaptaciones climáticas socialmente justas”.
Un informe publicado en ‘BioScience’ afirma que los signos vitales de la Tierra han empeorado hasta el punto de que “la humanidad se enfrenta inequívocamente a una emergencia climática”.
El estudio, con participación de investigadores de Estados Unidos, Bangladesh, Alemania y Reino Unido, señala que 16 de las 35 constantes vitales planetarias que los autores utilizan para rastrear el cambio climático se encuentran en extremos récord.
Los autores comparten nuevos datos que ilustran el aumento de la frecuencia de los episodios de calor extremo, el incremento de la pérdida de la cubierta arbórea mundial a causa de los incendios y una mayor prevalencia del virus del dengue transmitido por los mosquitos.
También señalan el gran aumento del consumo de energía procedente de los combustibles fósiles tras el cierre de la pandemia de COVID-19, a pesar del aumento de los compromisos de desinversión en combustibles fósiles, y el aumento de los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera hasta 418 partes por millón, el más alto registrado.
William Ripple, profesor distinguido de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad del Estado de Oregón, en Estados Unidos, y el investigador postdoctoral Christopher Wolf son los autores principales del informe, y otros 10 científicos mundiales son coautores. El informe sigue en cinco años a la ‘Advertencia de los científicos del mundo a la humanidad: Un segundo aviso’, publicado por Ripple en ‘BioScience’ y cofirmado por más de 15.000 científicos de 184 países.
“Como podemos ver por los aumentos anuales de las catástrofes climáticas, ahora estamos en medio de una gran crisis climática, con algo mucho peor por venir si seguimos haciendo las cosas como las hemos estado haciendo –señala Wolf–. Imploramos a nuestros colegas científicos que se unan a nosotros en la defensa de enfoques basados en la investigación para la toma de decisiones sobre el clima y el medio ambiente”.
“El cambio climático no es un problema aislado –señala Saleemul Huq, de la Universidad Independiente de Bangladesh–. Forma parte de un problema sistémico más amplio de rebasamiento ecológico en el que la demanda humana supera la capacidad de regeneración de la biosfera”.
Según apunta, “para evitar más sufrimiento humano incalculable, tenemos que proteger la naturaleza, eliminar la mayoría de las emisiones de combustibles fósiles y apoyar adaptaciones climáticas socialmente justas, centrándonos en las zonas de bajos ingresos que son más vulnerables”.
El informe señala que en las tres décadas transcurridas desde que más de 1.700 científicos firmaron la ‘Advertencia de los científicos del mundo a la humanidad’ original en 1992, las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero han aumentado un 40%.
“A medida que las temperaturas de la Tierra aumentan, la frecuencia o la magnitud de algunos tipos de desastres climáticos puede estar aumentando –afirma Thomas Newsome, de la Universidad de Sidney (Australia)–. Instamos a nuestros colegas científicos de todo el mundo a pronunciarse sobre el cambio climático”.
El informe es una actualización de un artículo publicado en ‘BioScience’ hace tres años. La Alianza de Científicos del Mundo, una organización independiente formada para ser una voz colectiva sobre la sostenibilidad medioambiental y el bienestar humano, sigue recogiendo cofirmantes para el documento de 2019. Hasta la fecha han firmado más de 14.000 científicos de 158 países.
El trabajo en curso para impulsar la acción contra el cambio climático por parte de científicos de todo el mundo se relata en un nuevo documental de 35 minutos ‘The Scientist’s Warning’. La película, realizada por Oregon State Productions, se puede ver gratuitamente en Internet tras su estreno el 14 de octubre en el Festival de Cine de Newport Beach (California).
‘The Scientist’s Warning’ también relata el viaje personal de Ripple: desde una infancia rural de bajos ingresos en Dakota del Sur en la década de 1950 hasta convertirse en ecologista en Yellowstone y asumir un papel como defensor mundial del uso de la ciencia para tomar decisiones políticas informadas.
“Mira todos estos incendios, inundaciones y tormentas masivas –señala Ripple–. El espectro del cambio climático está en la puerta y golpea con fuerza”.