Por Francisco Luciano
CRDmedia
Leonel Fernández es la figura que da vida a la desmesurada plataforma comunicacional patrocinada por el gobierno. Diariamente, una jauría de opinadores dirige sus comentarios con el objetivo de desmeritar su imagen bajo cualquier argumento posible.
Al revisar el dial, los programas de opinión o sus portales de internet, nos encontramos con situaciones como estas:
– Si Leonel escribe: se molestan.
– Si sale del país: se enfadan.
– Si no se reúne con Abinader: se irritan.
– Si concede una entrevista: se enfurecen.
– Si no la concede: lo tildan de arrogante y prepotente.
– Si habla del calentamiento global o de la situación geopolítica mundial: “Se refiere a cosas que nadie entiende y que poco importan a la gente común”.
– Si menciona la carestía que nos afecta: “Un hombre de su estatura no debe hablar de huevos y pollos”.
– Si, por casualidad, guarda silencio o no está visible algunos días: “Él no está pensando en el bien del país, fíjense que no ha dicho nada sobre tal o cual tema”.
Leonel escucha y lee las leyendas urbanas que sobre él se construyen, con argumentos forzados y tergiversados. Sin embargo, él duerme tranquilo porque sabe que, al fin y al cabo: el águila no caza moscas.
**El autor es docente universitario y dirigente político.**