Legado de las Intervenciones en Haití

Por Leonardo Sánchez
CRDmedia

Legado de las Intervenciones en Haití

Haití un país que logró ser el primero en obtener su independencia en toda America latina y el caribe, según su declaración independentista en el Año 1804, no asido afortunado de la misma forma en ser un país pujante, ni con un desarrollo social y económico, producto de los embastes históricos sufridos por no haber desarrollo en sus inicios de liberación de la opresión colonialista, una visión de nación cuya organización pudiera dar paso a las transformaciones requeridas, de institucionalidad y democracia de ese territorio.

Pareciera inédito y contraproducente contar las veces que dicha nación ha sido intervenida por agentes foráneos, inexplicablemente por las mismas razones a la que dio lugar su primera intervención.

Haití es un país con una cultura de derribar, demoler, tumbar o cómo usted le quiera llamar a la desestimación de sus gobernantes, por vía en gran parte de las veces, de la muerte del mandatario de turno.

Si hacemos una retrospección, al 28 de julio de 1915 cuando 330 marines desembarcaron en Puerto Príncipe, llegaron con la finalidad de restablecer el orden y la estabilidad social del pueblo ya que, Entre 1911 y 1915, una serie de asesinatos políticos y exilios forzados, hicieron que la presidencia de Haití cambiara seis veces. Acciones que en la actualidad persisten y que no han sido ejemplos para auto evaluar su conducta colectiva en detrimento de esa gran nación, que vivió a partir del mes de septiembre de 1994, hasta el 31 de marzo de 1995 una nueva intervención a la que los estadounidenses llamaron Operación Uphold Democracy en español (defender la democracia), que no tuvo más que la misión de restaurar la democracia mediante la eliminación del régimen militar de facto de ese entonces, para devolver el gobierno previamente electo de Jean Bertrand Aristide al poder.

Tengo la Fe y la Esperanza en qué la próxima intervención a la hermana nación de Haití, logre catapultar el ánimo y la unidad de ese desdichado pueblo, para cohesionarse en pro de ayudar a los interventores a crear los cimientos que garanticen la viabilidad de un estado de derecho social y democrático, creando entre los mismos, lazos fuertes de institucionalidad.

Tengo la Fe y la Esperanza en qué la ONU, a traves de su plan de devolverle a Haití, la seguridad La Paz y el orden, establezca claramente el lugar que República Dominicana tiene en dicha solución, establecer claramente que hemos sido más que solidarios con su situación, pero que no está en nuestras manos en salvar esa nación de si mismos. Ojalá que los países en participar puedan lograr junto al pueblo Haitiano erradicar de una vez y por todas aquellos obstáculos que no permiten su desarrollo de manera plena. Ojalá y que no sea solo un hecho histórico más que contar a futuro cómo podemos citar finalmente el de la MINUSTAH, programa de pacificación de las Naciones Unidas el cual permaneció durante 13 años iniciando desde el 2004 y que finalmente no lograron concretar sus aspiraciones, ya que las mismas persisten con mayor intensidad.

 

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Author: Redacción

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