Toledo (EFE).- Los doscientos jóvenes ucranianos que han recibido formación militar por parte del Ejército español en la Academia de Infantería de Toledo finalizan este jueves sus cinco semanas de instrucción básica, listos para integrarse en las fuerzas armadas de su país y con la moral alta, convencidos de que la victoria será suya.
La Agencia EFE ha presenciado unas horas de la formación que reciben estos jóvenes ucranianos, con una media de edad de 24 años, aunque la mayoría no supera la veintena, todos ellos sin formación militar previa y que han firmado un contrato de tres años con el ejército ucraniano, con independencia de cuándo finalice la guerra.
El jefe de la compañía de Formación Básica, el capitán Carlos Vela Guerrero, explica que la formación que reciben los 198 ucranianos -192 civiles (cuatro mujeres) y seis mandos del ejército- se centra en la “instrucción individual del combatiente”, que incluye tiro, instrucción física y asistencia sanitaria, diseñada expresamente para estos grupos.
De periodista e intérprete al Ejército
Alona, de 35 años, una de las cuatro mujeres que recibe esta formación, ha vivido en España durante catorce años, pero decidió regresar a su país en diciembre para alistarse en el ejército y poder ayudar a sus compatriotas.
Antes de ingresar en el ejército, Alona había ejercido de periodista y también de intérprete y admite que nunca se había planteado la posibilidad de que su vida diera “un giro tan drástico”, pero asevera que lo hizo porque siente que tiene que “hacer algo” por su país, ante lo cual recibió el apoyo de su madre y de su hermano.
Se muestra muy agradecida por la formación que está recibiendo y no se desanima al pensar cuánto puede durar la guerra con Rusia -a punto de cumplir un año- y se muestra convencida de la victoria: “Venceremos porque siempre el bien vence al mal”.
También el jefe del elemento de enlace, el coronel Oleksandr Demchuk, de 47 años, se muestra muy agradecido por la “cálida bienvenida” y por la instrucción que sus compatriotas reciben en Toledo, en quienes ya puede apreciar la evolución, y asegura que servirá para “defender a todo el país”.
Este coronel señala que los jóvenes que se están formando, todos ellos procedentes de la vida civil y sin conocimientos previos militares, conocerán su destino cuando vuelvan a su país, si bien insiste en que la formación que están recibiendo servirá para “defender a toda Ucrania”.
Formación militar desde las 6.30 hasta las 22.30, siete días a la semana
La jornada para estos jóvenes -que no salen de la Academia de Infantería por una decisión del ejército ucraniano- arranca pronto, ya que se levantan a las 6.30 horas para desayunar y estar listos para comenzar la instrucción sobre las 8.00 horas, que se prolonga hasta las 22.30 horas, de lunes a domingo, aunque algunos días también se practica tiro nocturno o reciben “instrucción continuada” también por las noches.
En la formación militar que imparte el Toledo Training Command, creado para esta misión de asistencia militar de la Unión Europea (UE) en apoyo a Ucrania, los jóvenes ucranianos realizan prácticas de tiro, que van desde el “tiro en seco”, adoptando la postura correcta con el arma preparada para disparar, hasta practicar desde los 50, cien metros o más.
Así, el objetivo es que el cerebro automatice los movimientos y la persona pueda llegar a hacerlos de manera inconsciente si se encuentra en una situación de combate y pueda concentrarse en otros elementos que supongan una amenaza.
También practican el “tiro instintivo”, es decir, el disparo con arma, tanto parados como en movimiento y también acostumbrarse por ejemplo al ruido de un disparo o al retroceso del arma al disparar.
La asistencia sanitaria es otro de los objetivos de su formación, así aprenden a realizarse un torniquete para que, en caso de que entren en combate y resulten heridos, puedan prestarse ellos mismos los primeros auxilios o, si es necesario, realizárselo a un compañero.
Para enfrentarse a las dificultades en la guerra, hacen ejercicios en los que en un recorrido de un kilómetro aproximadamente, una pareja va adentrándose por un camino al que le salen al paso, por ejemplo, minas escondidas, una granada que les puede estallar si no detectan el mecanismo trampa para que detone, se enfrentan a una emboscada en la que uno de ellos resulta herido y necesita realizarse un torniquete y detectan gases tóxicos, ante lo cual tienen que ponerse los trajes de protección y después quitárselos correctamente.
Tras este grupo de casi 200 jóvenes que reciben instrucción básica, el segundo que se forma en la Academia de Infantería de Toledo, está previsto que esta misma semana llegue otro contingente que recibirá formación más específica, solicitada por el ejército ucraniano, y en marzo se recibirá a un tercer grupo de jóvenes sin experiencia militar.
El capitán Vera detalla que el compromiso que ha firmado la UE con Ucrania contempla la formación militar durante dos años y señala que los jóvenes que están en la Academia tienen una “motivación extremadamente alta” porque saben a lo que se tienen que enfrentar cuando lleguen a su país, lo que permite “avanzar rápido” en su formación.
Sin embargo, apunta que, a pesar de la barrera lingüistica, el trato es “cordial y ameno” aunque el personal español evita abordar con ellos sus situaciones personales o familiares.
Para facilitar la comunicación, se ha contratado a intérpretes que traducen al ucraniano las instrucciones militares españoles, si bien a medida que avanzan los días, los jóvenes van a aprendiendo palabras básicas, como “derecha” o “izquierda” y los números.