Por Greydi Ramos
Escritor y Político.
Al arribar a los primeros cien días de gestión del alcalde de Santo Domingo Este, Pastor Dio Astacio, se mantiene activa la controversia de quienes están a favor y en contra de su novedoso plan de colocación de furgones contenedores como receptores de basura en los sectores del municipio.
Lo primero es que es preciso mencionar que esta medida implementada por el alcalde no es nueva en nuestro país, pues los no tan jóvenes han de recordar que en los años 80, en los ayuntamientos de Peña Gómez y otros síndicos, como se les llamaba en la época ya se usaba una modalidad muy parecida; la colocación de unas volquetas en los sectores populares del Distrito Nacional, que eran remolcadas y reemplazadas semanalmente. Quien suscribe, recuerda que siendo niño iba a depositar la basura en una de esas volquetas enormes colocada a pocos metros de la parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, en el populoso sector Simón Bolívar. Igual en el ayuntamiento de Rafael Corporán de los Santos, también se colocaban en las entradas de los barrios especies de receptores que eran levantados y vaciados por un camión con una maquinaria dispuesta para ese proceso. Estos no eran muy funcionales porque eran muy pequeños y para ese entonces la ciudad de Santo Domingo ya experimentaba un avanzado proceso de crecimiento y los contenedores rebosaban de desechos.
Hago estas aclaraciones porque no entendemos la actitud de algunos críticos de darse santos en los pechos y rasgar sus vestiduras por no comulgar con la instalación de estos contenedores parcialmente cerrados que Dío Astacio ha colocado en muchos sectores, sobre todo, cuando todos hemos podido constatar que aunque quizás no sea la medida más idónea o trascendental, en un noventa y nueve por ciento de los casos donde se ha implementado, está dando extraordinarios resultados.
Cito un caso muy particular y personal si se quiere en la salida del túnel puente Rey Juan Carlos. Desde el año 2017 vivo a pocos metros del puente y por años diariamente veía más de un kilómetro de basura y desechos regados en el pavimento, casi ocupando dos carriles de la vía, desde antes de la entrada del túnel, en la marginal Las Américas, hasta la estación Propagas. Fui uno de los que en varias ocasiones solicité por la red X la colocación del furgón y me escucharan a mí o no, se colocó el contenedor y los resultados han sido excelentes; al punto de dar solución a dos grandísimos problemas, uno, ya no hay montones de basura en la vía obstaculizando el tránsito y por ende y este es el dos, cuando llueve la lluvia no arrastra los desechos hacia los filtrantes del túnel, por lo que el túnel ya no se inunda.
Es cierto que aún persisten algunos subnormales que de vez en cuando tiran la basura en medio de la vía, pero son una minoría al punto de la insignificancia.
Entendemos que quizás los furgones de Dío no sean la solución más efectiva y significativa y quizás ni sean una solución permanente o definitiva hacia la solución del problema, pero debemos entender también que el alcalde tomó posesión al borde de una situación de emergencia por los grandes cúmulos de basura que arropaban el municipio por todas partes y por ende la situación precisaba de implementar medidas drásticas que fueran efectivas a muy corto plazo, como la rápida eliminación de vertederos en todas las calles y esquinas del municipio. También sabemos y debemos confiar en que el alcalde, en conjunto con el superior gobierno, tiene en agenda la implementación de proyectos más grandes y ambiciosos para poner solución definitiva al sistemático y ancestral problema de la basura y los desechos sólidos, pero estos son de implementación a largo plazo.
Persisten las quejas de algunos munícipes de que si los ratones, si las plagas, si las aceras y todo es entendible; pero cuando miramos los resultados y vemos que en menos de cien días se han eliminado más de un centenar de vertederos improvisados en calles, esquinas, avenidas y terrenos baldíos, es seguro concluir que lo que tenemos en la actualidad es mucho muy mejor que lo que teníamos antes, y eso no debe estar bajo discusión.
Para el asunto de las ratas y demás plagas, sugiero al alcalde contratar algunas fumigadoras locales que supervisen áreas y controlen esos males. Pero para el asunto de la utilización de algunas aceras, les recuerdo que un contenedor tiene 40 o 20 pies, mientras los vertederos improvisados que antes teníamos ocupaban tres, cuatro, cinco veces esos espacios o hasta un kilómetro como el de la salida del túnel que antes mencioné.
En conclusión, como orgulloso miembro de este hermoso municipio Santo Domingo Este, invito a todos y todas a apoyar y colaborar con nuestras autoridades municipales, colocando la basura en los furgones contenedores, cerrándolos si por algún descuido quedan abiertos, no colocando en los animales muertos, no incendiándolos bajo ningún concepto, denunciando cualquier uso para el que no haya sido destinado, y si denunciando si los encargados no lo vacían constantemente.
Recuerda que al final de cuentas nosotros somos los más beneficiados de mantener limpios los espacios donde vivimos.