Los casos de retención a trabajadores del servicio público se repiten a jornada seguida dentro de las manifestaciones en Ecuador. Después de lo ocurrido con varios policías en el Puyo, similar panorama se dio en una subestación eléctrica en Tungurahua.
La Corporación Eléctrica del Ecuador informó, la noche del miércoles 22 de junio, que más de 300 personas de comunidades indígenas y campesinas se tomaron la subestación Tisaleo.
Según detalló la entidad, la subestación es fundamental para el país ya que parte del sistema lleva energía de la central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair hasta la subestación Chorrillos (Guayaquil); los operadores se encuentran retenidos.
#Guayaquil en riesgo de apagón. Imágenes de la toma de la subestación Tisaleo en #Tungurahua, que lleva energía desde Coca Codo Sinclair hasta el Puerto Principal. Se reporta que más comuneros avanzan hasta el sitio para insistir en su desconexión. Los operadores están retenidos. pic.twitter.com/1AtrouzLNe
— LaHistoria (@lahistoriaec) June 23, 2022
Heridos
De cara al inicio de la decimoprimera jornada de manifestaciones en varios puntos del país, siendo Quito el punto más critico, se han registrado 114 policías heridos, 28 fueron retenidos (25 liberados), cuatro Unidades de la Policía destruidas, 27 patrulleros y siete motocicletas con daños materiales, y ocho patrulleros y siete motocicletas quedaron totalmente destruidas.
Por su parte, 104 personas a nivel nacional han sido puestas a las órdenes de las autoridades competentes.
Mientras se mantiene “fuerte” el brazo de las comunidades indígenas, con su líder (Leonidas Iza) ya en la capital, para las manifestaciones el otro lado de la moneda pide paz.
Un sonoro cacerolazo se escuchó este miércoles por varios minutos en distintos barrios de Quito para reclamar el inicio de un diálogo que ponga fin a las protestas contra el Gobierno del presidente Guillermo Lasso, que han paralizado casi por completo la ciudad durante segundo día consecutivo.
El ruido metálico de las ollas golpeadas desde numerosas casas puso fin a la décima jornada de la movilización convocada desde el 13 de junio por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), junto a otras organizaciones que han concentrado las manifestaciones en Quito.
El cacerolazo fue incentivado por el alcalde de Quito, Santiago Guarderas, una de las figuras que más ha insistido en los últimos días en celebrar un diálogo entre el Gobierno y la Conaie para resolver el pliego de diez demandas del movimiento indígena.