
Rodeados de familiares vestidos con tonos claros, cientos de personas se congregaron en el parque cementerio Puerta del Cielo para participar en la eucaristía.
Santo Domingo, RD.–En una emotiva conmemoración del Día de los Padres, celebrado cada último domingo de julio en la República Dominicana, los parques cementerios Puerta del Cielo y Jardín Memorial abrieron sus puertas para oficiar misas especiales.
El objetivo: rendir tributo tanto a los padres que siguen presentes como a aquellos cuya memoria perdura más allá de su ausencia física.
Cientos de familiares, ataviados con vestimenta de tonos claros, se congregaron en Puerta del Cielo para participar en la eucaristía.
La misa, presidida por Monseñor Amable Durán Tineo, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Santo Domingo, estuvo marcada por un profundo recogimiento.
“El padre es guía en el hogar. Su valentía, cariño y sostén dejan una huella profunda en la vida de sus hijos”, expresó el monseñor, captando la atención de los fieles que escuchaban con devoción.
Alrededor de las 10:53 de la mañana, el momento del abrazo de la paz se vivió con especial intensidad, con figuras como el doctor Félix Antonio Cruz Jiminián siguiendo atentamente las palabras del prelado.

Doctor Félix Antonio Cruz Jiminián, quien seguía con atención las palabras del prelado
El roble como símbolo
Uno de los elementos más conmovedores en Puerta del Cielo es su entorno natural, dominado por la presencia imponente de robles.
A la entrada del cementerio, pequeños ejemplares de este árbol se ofrecían a las familias, dispuestos sobre estantes.
Tras la ceremonia religiosa, se llevó a cabo la ya tradicional actividad del roble: cada familia tomaba un retoño para plantarlo en memoria de su padre, colocando junto a él una pequeña placa con su nombre.
Monseñor Durán Tineo comparó al roble con la figura paterna, aludiendo a su fortaleza, presencia y resistencia, cualidades que trascienden el tiempo.
RECUERDOS QUE PERDURAN, AUSENCIAS
QUE DUELEN
Entre los asistentes, las historias de amor y pérdida se entrelazaban. Bolivia de Vera, vestida de blanco y con el rostro marcado por la tristeza, compartió su dolor por la partida de su padre hace dos años y cinco meses. “Fue un hombre amoroso, entregado a sus hijos”, rememoró, con voz quebrada.
Fabricio Ortiz, por su parte, reveló haber perdido a tres figuras paternas en su vida, incluyendo a su suegro, a quien describió como un hombre de valores, responsabilidad y amor. “Ese es el deber de un padre, y por eso no se debe felicitar.
Cuando alguien convierte su vida en un servicio para sus hijos y su gente, eso sí debe ser recordado”, reflexionó Ortiz. Mientras hablaba, una señora visiblemente afligida, apoyada en un bastón y guiada por un familiar, pasaba a su espalda, un testimonio silencioso del dolor compartido.
En el cementerio Jardín Memorial, la conmemoración adquirió un carácter más íntimo. Algunas personas, con sillas en mano, se sentaron frente al nicho de sus padres fallecidos, rindiéndoles homenaje en un silencio cargado de significado.
Gregori Jiménez, quien tiene sepultados a su padre y a su suegro en este camposanto, afirmó que el legado de ambos sigue vivo en él.
“Aún lo recuerdo con esa mirada tierna, un amor incondicional para cada uno de sus hijos”, expresó con una cálida sonrisa, destacando el respeto y el cariño como el mayor legado recibido.

Gregori Jiménez, quien tiene sepultados a su padre y a su suegro en este camposanto, asegura que aún conserva el legado de ambos.
Finalmente, una madre y su hija, prefiriendo el anonimato, dejaron junto a la tumba de su ser querido un delicado arreglo de globos con un mensaje que resumía el sentir de la jornada: “Feliz Día del Padre”.

lUna señora y su hija, que prefirieron no ofrecer declaraciones, dejaron junto a la tumba de su ser querido un arreglo de globos con el mensaje “Feliz Día del Padre”.