Por Angela Lora
CRDmedia

Vamos haciendo historia hoy, cada día. El nivel de compromiso que asumimos es el filtro que nos asigna los papeles que vamos a ejecutar: puedes ser protagonista si decides hacer un esfuerzo especial, caminar la milla extra y brillar un poco más, sin embargo, si decides mantener una actitud completamente pasiva, a veces de muy bajo perfil, pasar desapercibido, entonces seguramente tendrás un papel secundario, quizás de reparto.
Vemos como la historia también se va construyendo de pequeños sucesos acontecidos en espacios íntimos, eventos personales que luego van vinculándose a un guión mayor. En este ámbito individual, íntimo, vamos desarrollando ese rol que va trascendiendo, dejando una huella en aquellos que están en nuestro círculo interno, sin embargo, a partir del impacto de nuestras acciones, esa huella va multiplicando su efecto, extendiéndose y ramificándose entre otras personas, trascendiendo.
Es en este momento donde se nota claramente la teoría del húngaro Frigyes Karinthy, propuesta en el cuento “Eslabones”, publicado en el 1929, que muestra la existencia de 6 grados de separación entre las personas y recalculado en solo 4 grados en el 2011 por la Universidad de Milán a partir de un estudio realizado tomando como base la red social Facebook.
Un pequeño acto puede tener impacto insospechado. Es hora de pensar mejor en lo que decimos o hacemos.
Sin embargo, hay todavía más razones para reflexionar sobre los pasos que damos y las personas que impactamos. Un evento que algún momento puede transcender de una pequeña localidad o espacio reducido por su efecto en las personas y en la comunidad, a través de alguien interesado y vinculado en los medios de comunicación o quizás mediante la llamada “huella digital”, termina siendo material de consulta y referencia para aplicaciones que utilizan inteligencia artificial: si, esa misma que está creando impacto y presencia en los útimos años y que seguirá siendo parte importante en nuestras vidas y en la creacion de la historia.
La historia se va construyendo con pequeñas acciones, palabras, gestos, que son tomados como referencia futura. Debemos ser coherentes con lo que decimos, con lo que hacemos, ser gentiles con las opiniones, con los mensajes, con los juicios. Es relevante e imporante la empatía.

Aunque pensemos que no somos protagonistas, somos actores importantes que aportamos credibilidad a la narrativa de la historia del mundo.
Fuente: En la Punta de la Lengua