
Santo Domingo, RD.–Michael Phelps era un niño lleno de energía, tanta que concentrarse en la escuela era todo un desafío. Diagnosticado con Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), una maestra llegó a decirle que por su falta de concentración “nunca lograría nada en la vida”.
Su dificultad para enfocarse en las tareas escolares contrastaban con una fascinación inusual por el agua. Fue en la piscina donde esa energía desbordante encontró un cauce, un lugar donde su mente parecía aquietarse y sus brazos largos, que algunos compañeros ridiculizaban, atesoraban una asombrosa habilidad.
Le costaba leer dos párrafos en la escuela, pero podía pasar horas en la alberca mejorando cada brazada. Así desarrolló su talento.
En su carrera obtuvo 28 medallas olímpicas.
23 medallas de oro
3 medallas de plata
2 medallas de bronce
Lo que lo convierte en el deportista con más medallas en la historia de las olimpiadas. Además, acumula una fortuna de 100 millones de dólares.
Un promedio entre el 5% y el 7% (90 millones a 126 millones) de niños y adolescentes a nivel mundial tienen diagnóstico de TDHA.
La historia de Phelps es una prueba viviente para padres de niños y jóvenes que viven el desafío del TDHA. Él demostró que un diagnóstico no define su destino. Con dedicación, enfoque y el apoyo adecuado, pueden alcanzar sus propias cimas.