Una subasta similar tuvo lugar en Francia en 2019, por eso los diplomáticos llaman al cese de la venta.
Diplomáticos de 11 países de América Latina protestaron este martes en Berlín ante la subasta en Múnich de unas 320 piezas de arte precolombino, porque “lesiona gravemente” los derechos fundamentales de sus pueblos.
La casa de subastas Gerhard Hirsch Nachfolger acoge la venta de las obras con más de 2.000 años de antigüedad y son originarias de siete países de Latinoamérica que han pedido no realizar la venta.
Representantes de México, Chile, Cuba, Venezuela, Panamá, Costa Rica, Guatemala, Perú, Colombia, Ecuador y El Salvador se comunicaron con los medios locales alemanes para informar que acudieron a la casa para suspender la venta y a las autoridades alemanas para que tome cartas en el asunto.
“Desafortunadamente observamos que no se ha progresado lo suficiente”, apuntó la embajadora salvadoreña y representante de los países de la región (Grulac), Florencia Vilanova, sobre el tema de la detención de la venta.
“Esta no es la primera vez que se pretende realizar este tipo de subastas en Alemania o en otras partes de Europa. Lamentablemente, nos tememos que tampoco será la última”, añadió Vilanova en un comunicado conjunto que difundió a los medios.
Este miércoles se inaugura en Berlín una exposición de etnología y arte asiático del Humboldt Forum, donde las autoridades alemanas tratan el proceso de restitución de obras obtenidas por saqueos en el marco de la colonización en África.
Los embajadores invocaron a las múltiples declaraciones, artículos y acciones”, relacionadas con este evento.
Además, señalaron que para mitigar las ventas legalmente no fue bueno que Alemania ratificara hasta 2007 la Convención de la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) para prohibir la importación, exportación y transferencia ilícita de bienes culturales, firmado en 1970.
En este sentido, el Ministerio de Exteriores alemán recibió un llamado a paralizar la venta de obras precolombinas, pues, en cada uno de estos países, constituyen un dominio público desde hace siglos, por lo que la salida de las piezas de su territorio originario solo pudo haber sido de forma irregular.