A tres años de registrar la mayor división interna de su historia, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) se coloca el próximo domingo en una etapa crucial para intentar definir su futuro inmediato, a través de la elección adelantada del candidato presidencial que presentaría en las elecciones de 2024.
La organización opositora convocó a millones de dominicanos, a votar en una inusual consulta ciudadana a nivel nacional, que no cuenta con el aval oficial de la Junta Central Electoral (JCE) ni de la Ley 33-18 de Partidos, Organizaciones y Movimientos Políticos.
“La JCE no reconoce acuerdos internos de ningún partido, agrupación o movimiento político que contravengan o restrinjan el derecho que tienen sus afiliados a ser aspirantes”, sentenció la institución en un comunicado el 2 de septiembre, en el que también advierte que esa consulta y sus resultados no afectarán el derecho de los demás miembros a manifestar posteriormente sus intenciones de aspirar.
El menú de aspirantes inscritos para batirse el 16 de este mes lo integran la exvicepresidenta Margarita Cedeño; el alcalde de Santiago, Abel Martínez; el exprocurador general, Francisco Domínguez, la exministra de Trabajo, Maritza Hernández; el exviceministro de Educación, Luis de León, y la exdiputada Karen Ricardo.
Igual que en las primarias abiertas del 6 de octubre de 2019, en el PLD ha vuelto a revolotear el fantasma de la división. Se teme que pese al pacto firmado por los seis “precandidatos” cualquier aspirante desconozca este proceso y el partido se vea precisado a una nueva elección el próximo año como plantea la ley.
Entre peledeístas y en círculos políticos se ha manejado una sugerente inclinación del líder del PLD, el expresidente Danilo Medina, y sus cercanos seguidores hacia el grupo de Cedeño, quien es la exesposa del expresidente Leonel Fernández, virtual candidato presidencial del nuevo rival partido Fuerza del Pueblo.
Se llega a plantear, inclusive, dos escenarios. Si el socorrido apoyo se torna decisivo en los resultados finales decretaría la salida de Martínez, a quien no solo se atribuyen amplias simpatías para triunfar en la consulta, sino también vinculaciones con Fernández, que llegan a considerarlo un potencial compañero de boleta.
La atención de esta consulta ciudadana se concentra además en la participación y entusiasmo que se exprese el día de la votación, cuando se revela un período de reflujo proselitista. Entonces se advierte que si la consulta no llena las expectativas de la población, podría erosionar de manera definitiva el partido y poner en juego ell liderazgo de Medina.
Recomposición
Desde la división del partido morado y la estrella amarilla, tras las primarias abiertas de 2019 y su posterior derrota electoral en 2020, su máxima dirección inició un profundo proceso de renovación con altas y bajas, que todavía se mantiene.
En la dirección de Leonel Fernández en el PLD, que perduró de 2001 hasta 2019, se consideró siempre que el padrón interno rondaba los dos millones de miembros, pero todo se derrumbó cuando el presidente del partido lo dividió para fundar Fuerza del Pueblo. Esta organización depositó en junio pasado en la JCE un padrón de 1,094,085 afiliados.
Según cifras oficiales, también el PLD entregó en la JCE el 17 de diciembre pasado un padrón con 1,873,422 miembros, de los cuales 53 por ciento son mujeres y 47 por ciento hombres, con 21 por ciento de jóvenes en edad promedio entre 18 y 35 años.
Si atendemos estos datos y agregamos los del gobernante Partido Revolucionario Moderno (PRM), que presentó un padrón de 1,873,422 militantes inscritos, estamos ante un panorama de recomposición de tres de las principales fuerzas políticas. El PLD será el primero que enfrenta el reto de someterse al escrutinio de la población con miras al 2024.
La organización fue fundada por el profesor Juan Bosch en 1973, tras abandonar el Partido Revolucionario Dominicano (PRD). Además venía de ser presidente de República en 1963, pero fue derrocado a los siete meses y luego perdió las elecciones de1966.
Con su nuevo partido Bosch fracasó como candidato de volver a la Presidencia en las elecciones de 1978, 1982, 1986, 1990 y 1994, hasta que concertó una alianza con Joaquín Balaguer y el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), para llevar a Fernández al poder en 1996.
Este último acontecimiento llevó al PLD a pasar de un partido de cuadros a un partido de masas, para gobernar el país durante 20 años no consecutivos, con las únicas excepciones de las derrotas a manos del PRD en el 2000 y ahora del PRM en 2020 como ya expresamos.
Ahora, independientemente del socorrido proceso democrático que experimentan los peledeístas, la realidad es que al partido se le presenta la imperiosa necesidad de potencializar desde ya una figura presidencial, que cuando se precipite el 2024 pueda competir con los virtuales candidatos, el presidente Luis Abinader, del PRM, y Fernández, de FP.
El tejemaneje
Las complejidades de la consulta ciudadana del PLD saltan a la vista. La comisión organizadora, coordinada por Alejandrina Germán, no ha tenido momentos de sosiego tratando de salir a flote. Este evento no tiene precedentes ni se conoce con precisión el costo que conlleva su montaje.
Germán admitió que lo decidido por el PLD no es una convención ni unas primarias, por lo que tuvieron que intensificar las jornadas de capacitación del personal que trabajará en el complicado proceso. Imáginese que todo el que esté en el padrón electoral que le entregará la JCE podrá votar, si no es militante político de alguna organización diferente a ese partido.
Sin embargo, el tejemaneje no se detiene ahí. El voto será automatizado, mediante unos equipos electrónicos solicitados a la JCE, que no incluyó el software. Un sistema parecido fue utilizado en las primarias de 2019 cuando Fernández denunció un fraude en su contra, así como en las abortadas elecciones municipales de febrero de 2020.
Otra característica de estas elecciones internas es que se conformaron 2,732 centros de consulta en todo el país, y alrededor de 1,600 recintos serán instalados en escuelas del sector público autorizadas por el Ministerio de Educación. El escrutinio no será supervisado ni arbitrado por la JCE.
Todo ello significa que, pese a las intríngulis para el montaje de esta consulta y los ingentes esfuerzos en pos de garantizar su éxito, el PLD solo podrá medir el nivel de liderazgo, simpatía y aceptación de los aspirantes a la candidatura presidencial. La proclamación oficial tendrá que postergarla para octubre del próximo año.