Por Juan Carlos Espinal
Ciudadania RD Media
Como dijo Juan Bosch :
“..La formación política, la cultura, la división social del trabajo y los valores son el obstáculo básico para que los dirigentes se incorporen al grupismo..”
Las juramentaciones de peledeistas y/o ciudadanos en La Fuerza del Pueblo es un fenómeno de afiliación político social que se repite de forma regular en los 158 municipios, sin pausa.
Históricamente, el PLD identificó sus intereses democraticos, con el centrismo ideológico, sectores de la izquierda democrática, la defensa de los intereses nacionales, el respeto a los derechos sociales y políticos, la defensa del estado de derecho y la auto determinación de los pueblos.
Cuando el pasado 6 de octubre de 2019 el PLD llegó a su fin, hasta el 5 de Julio del 2020, la línea de fractura que impulsó la división fragmentó el apoyo social del gobierno del presidente Danilo Medina.
En los ayuntamientos y congreso, la hegemonía del PLD disminuyó.
La fractura entre dos corrientes políticas pasó por el mismo centro de origen de las circunstancias histórico sociales de 1973 con características diferentes.
Muchos militantes de la ortodoxia peledeista reconocen la autoridad política del tres veces ex presidente Leonel Fernández.
Históricamente, los peledeistas han sido en su mayoría intensamente defensores de la unidad en la diversidad.
La sociedad civil organizada, los sectores productivos nacionales, los profesionales liberales han sido mayoritariamente defensores de la estabilidad, el crecimiento económico, la seguridad ciudadana y la unidad nacional.
La división de los partidos políticos tradicionales PRD PRSC y PLD nos muestra la importancia de la participación popular en la legitimidad de los procesos.
Como consecuencia de las divisiones políticas de pos guerra 1966-2020, las migraciones electorales podrían evolucionar de una de estas tres maneras.
A principios de los años 80s, las disputas en el PRD generaron la aparición del BIS y del PRI, por ejemplo.
En una segunda división del PRD surgió el PRM.
El PLD absorbió al PRSC balaguerista que más tarde migró electoralmente al PRM y a los demás gobiernos entre 1996-2020.
La cuestión de la sucesión peledeista pos Bosch se planteó con respecto al PRSC en 2008.
El papel cada vez más claro del Danilismo como satélite de una fracción del PRM y polo de atracción de los grupos económicos del establecimiento se puede constatar en el modo en que el PRM presenta su postura en los asuntos del ámbito del manejo de la pandemia COVID-19.
No obstante, tras la ruptura del diálogo CES-partidos, las circunstancias políticas han cambiado.
Las crecientes conexiones políticas y económicas entre Hipolito Mejia y Danilo Medina así como la orientación del congreso prevalecen aún debilitadas a la coyuntura política.
La identidad política de Fuerza del Pueblo, sometida a tantos ataques por parte de representantes del gobierno del presidente Abinader está formulando el reordenamiento político PRM-FP-PLD-PRD-PRSC.
A partir de la alianza de base con los antiguos núcleos políticos del Bloque Progresista que entre 2004-2012 facilitaron el ascenso de Leonel Fernandez la tendencia dominante que unifica la insatisfacción es Leonel Fernández.
En ese lapso de tiempo, 1996-2000, 2004-2012, República Dominicana experimentó un desarrollo económico palpable que permitió continuar creciendo entre 2012-2020.
La rápida expansión geográfica del liderazgo político de Leonel Fernández se facilita por su condición de tres veces presidente de la República, la crisis de derechos en que vive República Dominicana en COVID-19 y la mutua confianza electoral de amplios segmentos de las clases medias y los trabajadores beneficiarios de esas políticas públicas.
Las clases medias y los trabajadores dominicanos se asimilaron a los gobiernos del PLD en los periodos 1996-2000 y 2004-2012.
La combinación creciente de estanflación, confinamiento y alto endeudamiento profundiza la división del PRM y del PLD en el hecho de que el partido mayoritario de República Dominicana son los insatisfechos.
La rápida expansión de la Fuerza del Pueblo se produce tras la frustración de las fuerzas sociales y políticas con las expectativas del Cambio.
Quienes favorecieron el ascenso de Luis Abinader a la Presidencia de la República aún desconocen las razones históricas que permitieron el ascenso del PRM al poder político.
Debemos resaltar que el salto político cuantitativo de la Fuerza del Pueblo, desde un movimiento social y político de carácter electoral hacia un partido de masas explica su capacidad de adaptación política para su materialización.
Fuerza del Pueblo ha definido explicitamente su tarea histórica.
Tiene tamaño nacional, consistencia política y sus líderes poseen trayectoria de liderazgo regional lo que explica en gran medida las relaciones primarias que a través de los años han logrado cultivar con la población.
Aunque estas relaciones primarias sean el fruto de una alianza libero conservadora su tendencia política es hacia el progresismo.
En el plano local, observamos que las líneas divisorias con las bases del PLD se fortalecerán dado que a los pueblistas y a los peledeistas los unen décadas de identidad política.
Por otro lado, el hundimiento del sistema político, la profunda crisis de confianza del gobierno del PRM ante la población, la ausencia de un plan pos pandémico y la popularidad creciente de Leonel Fernández presiona la reforma constitucional.
Los analistas más conservadores sometidos al lineamiento de la democracia liberal, a los valores occidentales, al sacerdocio de la infalibilidad del mercado libre y a la ideología del populismo caen en el escepticismo individualista generalizado exagerando encuestas.
Lo que para el común denominador es cambio para el resto de la sociedad es involución.