RD-Muro-Haiti: Mi experiencia

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Por Richard Pérez
Ciudadania RD Media

Lic. Richard Perez, miembro del Comité Central partido Fuerza del Pueblo.

A finales del gobierno del Dr. Salvador Jorge Blanco, me tocó la experiencia de vivir en el sur profundo, bien profundo, provincia Pedernales. Junto a mi tío, que era cabo del ejército y patrullero de la frontera. En varias ocasiones lo acompañé en su labor de centinela. Vi ,como tanto los nacionales haitianos, como los dominicanos, cruzaban la frontera sin mucho esfuerzo. En el caso de los dominicanos iban a Anse-A-Pitre en busca del Tafia y otros placeres que brindaba la comuna. Por su lado, los haitianos cruzaban con escasos problemas a comerciar productos para ganarse el sustento del día a día. Haití y República Dominicana, en mi inocencia se confundían como una sola. Estaba sorprendido porque no veía en la Capital, ni en ninguna provincia que había visitado, ese movimiento de extranjeros, ni esa relación, como la percibí en esa primera experiencia.

Luego, para finales de los 80 y primer lustro de los 90’s, el destino me llevó a Jimani, provincia Independencia. Con apenas 13 años, inicie una relación muy directa con los nacionales haitianos. Yo les vendía y le compraba Gurdes.

Mwen Chanje Lajan ayisyen pour dominiquen

Los haitianos, principalmente las haitianas que venían al País, cambiaban su dinero por pesos dominicanos, y los que iban de retirada, por pesos haitianos. Además, miles de dominicanos que comerciban en Haití, también procedían a realizar su canje. Era un mundo muy activo, comercialmente.

Pero reitero, solo veía ese activismo comercial y de relaciones personales anclados en la frontera.

Al Salir a estudiar magisterio a San Juan de la Maguana, en la Escuela Normal Urania Montás, en la modalidad de internado, me aparte un poco de los negocios de cambio de la familia, y no fue hasta el 1995 cuando llegué a la Capital de mi País y quedé perplejo y sorprendido al ver que ya la relación y negocios entre haitianos y dominicanos no solo se restringía a la frontera, sino que era parte de una realidad nacional, como parte de su diario vivir.

Como en la frontera, los haitianos vivían al lado de nuestras casas, iban a los mismos colmados, compartían labores y tragos juntos. Pensé, y cómo paso ésto?

Aunque me hice la pregunta de manera impírica, sabía, y sé que parte las respuestas a esas interrogantes están en la lectura profunda de la historia dominicano-haitiana. Pero, no es menos cierto, que la gran respuesta está en la irresponsabilidad de nuestros gobiernos.

El Muro material debió ser construido desde la existencia misma de nuestra República Dominicana. Los haitianos no se fueron por un acuerdo como entraron, fueron expulsados, y se resistieron con constantes invasiones hasta el 1858. Y todavía en su mentalidad existe la hipótesis que parte de nuestro pueblo les corresponde. Haití es un «País» fallido sin ninguna esperanza internacional de mejoría. Debemos quererlos como pueblo y como personas, ayudarlos en todo lo que este a nuestros alcance, pero así mismo debemos evitar la invasión pacífica.

El Muro nunca deberá representar ningún tipo de odio, rencor o discriminación. El Muro es para cuidar nuestra seguridad y Soberanía Nacional.

 

ASEGURATE!!!
Proyecto sociopolítico de seguridad humana.

Redacción
Author: Redacción

Medio digital de comunicación de República Dominicana

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