Por José Francisco Peña Guaba
CRDmedia

No me cabe la menor duda, que hoy del que fue, el Partido de la Liberación Dominicana, solo quedan los recuerdos de sus tiempos de gloria, siendo en aquel entonces, una organización hegemónica y una de las maquinarias electoralmente más exitosa en la República Dominicana.
Son múltiples las razones que los colocan en un callejón sin salida, en un verdadero laberinto a los morados, al explicarlo hago acopio de mi experiencia de larga data de más de 20 años como aliado de los de la estrella amarilla.
Hago esta reflexión desprovista únicamente de mi particular interés en apoyo a la candidatura presidencial del buen amigo Leonel Fernández, más bien analizando retrospectivamente al peledeísmo y oteando el horizonte futuro del antaño acorazado morado, veamos:
1. El PLD todavía no reconoce la razón básica de su derrota y de su desconexión ciudadana, simple jugaron a la división y subestimaron los efectos de esta. El “síndrome de hubris” se apoderó de una gran parte de su cúpula que los hizo perder el olfato, que los llevó a triunfar en 7 procesos electorales;
2. Los odios, llenó de brumas al anillo palaciego, porque aupar la salida de Leonel, después de que éste obtuviera la mitad de los votos, desafecto del poder en las primarias del PLD del año 2019, solamente unos ilusos podían pensar que harían quedar al 100% de los peledeistas en la franquicia, solo porque tenían el control del aparato del Estado, y especialmente de la nómina pública, no había que ser estratega político alguno, pues era de dominio público que en el imaginario popular estaba claro que la división le traería una debacle electoral, siendo sinceros a ambos sectores a los que se quedaron y visto los resultados electorales del 2020, también para los que nos salimos;
3. La magnitud del desastre electoral del 2020 ni siquiera el presidente Medina lo entendió, ya que me hizo llamar dos o tres días después de las elecciones para verme, solo para preguntarme cómo había sucedido el tsunami opositor, que había diezmado al PLD también en el Senado, y por dentro me dije a mi mismo, ¿y, es verdad que los del gobierno de entonces esperaban menos?;
4. En el PLD de hoy una parte de su dirección se niega a aceptar, que en adición a la mostrada fortaleza de la Fuerza del Pueblo subyace también un gran cuestionamiento público a la marca PLD por los sonados y multimillonarios casos de corrupción de sus exfuncionarios, que aunque colijo en aceptar que sus efectos con el tiempo se pueden disipar, pero no precisamente en solo 4 años, las acusaciones realizadas a los funcionarios de los gobiernos del doctor Balaguer, le costó 8 años fuera y volvieron a recuperarse en el año 1986 y al PRD los casos del gobierno de Jorge Blanco, los hizo recuperarse en las elecciones del año 1994, de las manos del impoluto José Francisco Peña Gómez;
5. Los disímiles conflictos de intereses convierten hoy en un torbellino de tonalidades grises al PLD, porque coexisten en su interior visiones contrapuestas al saber: la mayoritaria que es la que desean sus bases, un amplio acuerdo de oposición que los lleve de nuevo al poder, otros pocos que desean todo, menos que LEONEL FERNÁNDEZ pueda volver al Palacio Nacional, sus odios y la vergüenza a la vez, por el maltrato dado por ellos a quién los llevó al poder, no deja sanar las heridas de una división que no debió existir;
6. Lo más inverosímil, pero que en función de la particular situación del momento hasta hay que entender, está el difícil e intrincado contexto en que se encuentran los imputados y los que pudiesen estarlo por los grandilocuentes casos de corrupción, y que lo único que aspiran es que la cúpula del PLD negocie con el oficialismo la no persecución a los mismos y que no se le afecte el patrimonio adquirido, éstos utilizan toda su influencia dentro de la tolda morada para lograr resolver sus problemas personales, y esto se ve en los altibajos en las negociaciones de RESCATE RD;
7. No negaré tampoco que existe un sector en el PLD que piensa que hay que apostar al futuro del partido y que está convencido que la llegada de LEONEL al poder abduciría en favor de su partido la Fuerza del Pueblo a los morados, cosa posible, pero creo, sin embargo, que es mucho peor el impedir que se edifique un gobierno compartido de coalición, ya que obligarían de inmediato al expresidente Fernández y su partido, a seguir su política de crecimiento electoral, en detrimento del propio PLD, cosa que estaría justificada en la lucha por la clasificación presidencial en el balotaje de mayo el año próximo;
8. La pregunta que me hago es, ¿qué piensan los estrategas del PLD que sus candidaturas independientes con un partido en un lejano tercer lugar prenderán?, sin contar con partidos aliados, con una candidatura presidencial alicaida sin tener una estructura sólida como en otrora años, más la afectación que tiene en la sociedad la marca PLD, cosa que los expondría al canibalismo político que le producirá estar en medio de la polarización que habrá entre las dos principales fuerzas política del país, el PRM y la Fuerza del Pueblo, para que nadie le quepa duda de esta aseveración, las expreso por experiencia vivida en las elecciones del año 2020, cuando estando en un tercer lugar solo logramos un poco más de un 8% de los votos en favor del expresidente Fernández;
9. Si bien es cierto que el PLD tiene en su alta y media dirigencia a potenciales candidatos con mayor reconocimiento público que los de la Fuerza del Pueblo, eso no quiere decir que estos podrán darle un sorpasso electoral a los verdes, primero, porque reconocimiento no es popularidad y las bases de apoyo ciudadano del leonelismo al día de hoy son sólidas, además de que contarán con el apoyo de fuerzas aliadas, cosa con la que no podrá contar el PLD, si insisten en postular candidaturas independientes, muchos de sus candidatos al ver la verdad declinarían, porque se negarían a seguir botando recursos económicos haciendo fútiles esfuerzos, a sabiendas de que van a perder, más aun reconociendo que su candidato presidencial no tiene posibilidades de clasificar, y, sobre todo, con una base de apoyo que va a ser disminuida en el proceso electoral por la polarización, no puedo dejar fuera un elemento nodal y es que el gobierno le está cooptando a no pocos dirigentes morados, para la causa reeleccionista;
10. Los que piensan que estamos derrotados y que el leonelismo sin un amplio acuerdo institucional en primera vuelta con el PLD no ganaría las elecciones, es a priori una aseveración sesgada, porque si están dadas las condiciones para una segunda vuelta, por el gran cuestionamiento ciudadano a la gestión de los del cambio, y, sobre todo, por el abusivo aumento del costo de la vida que los llevaría en una potencial segunda vuelta electoral a perder, porque el voto opositor se compactaría en favor de quien clasifique en contra de la reelección en la primera vuelta, teniendo este entonces, las mayores posibilidades de convertirse en el nuevo inquilino del Palacio Nacional.
Esta realidad de grupos internos que no se ponen de acuerdo en la tolda morada, hará que un amplio y mayoritario sector de las bases se vaya directamente a apoyar a Leonel y a la Fuerza del Pueblo desde la primera vuelta, unos para garantizar su espacio en un nuevo gobierno, y otros porque entenderán que hasta en el hipotético caso que perdiese la Fuerza del Pueblo estás elecciones, éste sería el llamado a ganar en el año 2028, repitiéndose lo qué pasó con el nuevo PRM y Luis Abinader que perdió las elecciones del 2016 y triunfo en las del 2020. En esta reflexión expongo una parte de mis puntos de vista, entendiendo que, si el PLD no pacta un amplio acuerdo opositor, se encontraría en un futuro inmediato en un auténtico laberinto, que bien los haría convertirse a la situación en que se encuentran hoy, los otroras poderosos PRD y PRSC.