Reflexiones atrevidas #95: Las reformas de Luis

 

Por José Francisco Peña Guaba
Ciudadanía RD Media

Político , Diplomático y presidente del al Bloque Institucional Socialdemócrata, y escritor

El nuevo periodo Presidencial no tiene ni siquiera dos meses de iniciado y ya el poder ejecutivo se dispone con el concurso de su aplastante mayoría congresual realizar de inmediato tres importantísimas reformas, la fiscal, laboral y sobre todo la Constitucional. El gobierno anunció el día 26 de agosto un proyecto que busca reformar el Código de Trabajo, el cual no ha sido reformado desde hace 32 años y con él, busca la administración Abinader, actualizar el mismo a la realidad del mundo laboral actual que ha variado con la inclusión de la modalidad del trabajo remoto o teletrabajo, desde la pandemia del COVID 19.

En dicha reforma se busca también un aumento de las vacaciones a los empleados con más de tres años de contratados, el incremento del 100% a la licencia de paternidad y mejorar las condiciones del trabajo doméstico, queda por ver si el gobierno accederá o no a complacer al sector empresarial con una revisión al esquema vigente de cesantía en favor de los asalariados. Aunque una comisión tripartita (gobierno, sector empresarial y sindical) se reúnen para buscar consensuar los puntos a reformar, quedan aún muchos pendientes los que analizaremos posteriormente en otra reflexión.

En cuanto a la casi segura reforma Constitucional, el Senado de la República aprobó ya el proyecto de ley que declara la necesidad de hacer modificaciones a la Carta Magna a través de una convocatoria a la Asamblea Nacional Revisora que conozca tres aspectos, una mayor independencia del Ministerio Público, la reducción de la cantidad de los diputados y la unificación de las elecciones municipales con las Congresuales y Presidenciales. Queda claro que, aunque solo se aprueben estos temas, los asambleístas abierta la sesión de la misma, pueden sin embargo disponer el cambiar otros articulados de la Constitución al interés particular de la mayoría perremeista que compone ambas cámaras, por lo que nos adentraremos en otra entrega en los claroscuros de esta reforma que al parecer será de la absoluta responsabilidad del oficialismo, porque dudo mucho que estos logren un consenso con la oposición sobre este vital y político tema. Pero al decir la verdad, la reforma que despertará mayor atención de la ciudadanía será la reforma fiscal, que atormenta desde ya sobre todo a la clase media y baja, porque sospechan que serán las mismas las que pagarán los aumentos o los nuevos tributos que resentirá aún más los exiguos bolsillos de la población.

Hasta ahora todas las reformas fiscales se han realizado contando con un aumento del ITBIS o con la inclusión de nuevos bienes y servicios exentos del mismo, del impuesto Selectivo al Consumo y al Patrimonio Inmobiliario (IPI), con los incrementos de estos gravámenes se acogotaran muchísimo más las magras economías de los sectores menos pudientes, porque nunca se ha hecho verdadero hincapié en cobrarle el impuesto sobre la renta a la ganancia excesiva de la clase adinerada, que es quien debería cargar con el peso de la pretendida reforma fiscal, pero al igual que con los otros proyectos antes mencionados en un próximo artículo expresaré mi opinión sobre los mismos, sus alcances y las consecuencias porque irremisiblemente estos elevaran sustancialmente el costo de la vida a los dominicanos.

Creo sin embargo un exceso de confianza del ejecutivo en poner en riesgo todo el rédito electoral obtenido en el último proceso comicial al abocarse velozmente a realizar de manera simultánea todas esas reformas que inevitablemente incidirán en lo político, en lo social y económico a los ciudadanos, por lo cual no me extrañaría que esto produzca una baja muy significativa en la estima popular al Presidente Abinader, así como también al partido oficial.

La lógica me indica que el gobierno desea pasar esas reformas de inmediato para que los efectos de esa tormenta se disipen temprano, partiendo del conocimiento de la memoria cortoplacista de nuestros nacionales que con el tiempo la aceptarán y se acostumbraran a las mismas, así lo entienden los estrategas oficialistas que buscarán que estas reformas no afecten en el mediano plazo los intereses electoralistas del actual Gobierno.

Lo que sí no nos debe caber duda alguna es que el liderazgo del “Cambio” estará unido para esos fines y que utilizará la mayoría congresual, recientemente alcanzada, para hacer cuántos cambios les interese y les convenga, todo porque el PRM buscará convertirse como el PLD en sus buenos tiempos, en un partido predominante, porque de ganar en el futuro nuevas elecciones, esto lo convertiría en una organización política hegemónica, lo que queda por saber es cómo reaccionará la población y si existirá o no una oposición madura, que busque unificar sus objetivos para así plantarle cara al Gobierno y que se aboque seriamente a desalojar a los modernos del Palacio Nacional en los comicios a celebrarse en el año 2028, pero esa es la incógnita que está por verse.

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Author: CRDMedia

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