Las refundaciones oficiales, es decir, los cambios en materia administrativa, esquemas organizacionales, que se hacen en las instituciones públicas, no es un fenómeno nuevo en el país, no lo es. Los funcionarios desde que asumen una posición administrativa designada por el Poder Ejecutivo de curso, aprovechan para poner en práctica un sinnúmero de ideas en materia gerencial que solo se encuentran en sus cabezas, muchas veces mediocres e insignificantes, las cuales desde que abandonan su posición caerán en la intrascendencia y el olvido.
Pero, cuando dichas “transformaciones en lo organizacional y en lo gerencial” desnaturalizan los propósitos que le dieron origen a la institución, poniéndolas al servicios de los “regulados”, pasamos de una entidad estatal que busca generar bien público para mejorar los servicios al ciudadano, a una entidad que busca seguir engrosando el arca de aquellos que han secuestrado la riqueza del país.
Entonces, debemos advertirle, Sr. Presidente Luis Abinader, que estamos trillando un camino que sólo nos conducirá al retroceso, y lo peor de todo, con una alto costo para los contribuyentes.
El Estado no es, ni puede ser un juego de “POPIS”. El Estado maneja la vida de una Nación y el bienestar de la ciudadanía bajo los principios democráticos y de respecto a los derechos del pueblo.
Alguien nos diría, llenándose de sapiencia y conocimiento que, eso pasa en todas las administraciones al cambiar de un partido a otro, incluso, en el mismo partido al cambiar de un gerente, director o ministro. Otros pudieran decir, que sus limitaciones mentales, académicas y políticas de esos funcionarios les impiden concretizar proyectos viables o tener la capacidad para darle continuidad a los ya existentes. En verdad, no lo sabemos, pero es evidente que sus limitaciones no les eximen de culpa, ni de estar sentados en un futuro en los banquillo de las criaturas del mar.
Por mencionar una institución, es el caso del INDOTEL. Llueven las quejas y denuncias que hacen los usuarios de este preciado servicio sobre doble facturación, degradación de los servicios de Internet y culminación de los famosos paquetitos que compran nuestros humildes y también clase media, y estos no encuentran en este órgano del Estado, o en Pro Consumidor, a alguien que se apiade de ellos. No existe la manera en que el servicio solicitado sea el que reciban.
Así también, sin ser menos importante dicha institución, llegan a nosotros decenas de denuncias de cancelaciones “a granel” desde la Oficina Gubernamental de Tecnología de la Información y Comunicación, OGTIC, donde la cantidad de empleados que se han estado cancelado, como dirían nuestros abuelos “hiede a barco viejo”, y ningún medio de comunicación, prensa escrita, programas de Youtube, o de TV se haya hecho eco de dicha situación.
Ni hablar de la Dirección de Pasaportes, los últimos acontecimientos nos han remontado antes de la década de los 90, donde buscar un pasaporte era tan costoso y complejo como gestionar una visa, debido a la falta de institucionalidad, y al famoso macuteo que existía alrededor del mismo. Habiendo superado esto, luego de la reforma del Estado, hoy en día pasamos por la vergüenza de hacer grandes filas para obtener un pasaporte, y lo peor de todo, también quiere entregar esta gestión al sector privado, luego de haber creado una falsa realidad, degradando los servicios para lograr su propósito principal.
Las Instituciones deben ser gestionadas garantizado la continuidad y el cumplimiento de los planes, programas y proyectos que dan sentido a la actividad misional de la misma, la cual se fundamento en el marco jurídico o normativo que le dieron origen. En este sentido, si el funcionario de turno quiere hacer un cambio que lo desvíe de dicha función, entonces deberá hacer un cambio en dicho marco y someter al escrutinio del pueblo dicha decisión, de manera que respetemos los principios democráticos y jurídicos que sustentan el Estado Dominicano. De ahí que las mentes creativas han de estar limitadas por las leyes o normas.
La palabra cambio, hasta ahora, lo hemos llevado a cabo, pero lo que hemos visto ha sido una degradación en gran parte de los servicios que de forma orgánica y sin complicaciones se brindaban.