Por Luis Holguín-Veras Martínez
Psicólogo, Consultor en Gestión de Recursos Humanos y Desarrollo Organizacional.
Activista Social
Hay personas que siempre están a la defensiva, su sistema de percepción está permanentemente en alerta buscando acusaciones, juicios que le afecten o expresiones que pudieran tener una afirmación negativa sobre ellas o sobre otras personas de su interés. Tan pronto su sistema de percepción identifica una acción “ofensiva”, “amenazante” o “sospechosa”, de inmediato y de forma impulsiva se activa su sistema de defensa y ataque, con el máximo nivel de agresividad. Su propósito es atacar a quien ha osado atacarle con tal fuerza que rápidamente lo inhabilite o al menos lo paralice o logre que huya.
Lamentablemente, es sorprendente la cantidad de veces que nos encontramos con personas así. Este tipo de patrón de relaciones interpersonales es más frecuente de lo que comúnmente pensamos.
En muchas ocasiones, nos habituamos a este tipo de conducta y llegamos a asumirla como algo normal, frecuente y hasta aceptable.
El pasado lunes 2 de octubre se celebró el Día Internacional de la No Violencia, instituido por las Naciones Unidas mediante la resolución de su Asamblea General A/RES/61/271, del 15 de junio de 2007, es decir que este año acabamos de celebrar la 16va. versión de esta conmemoración, que cada día se hace más importante y necesaria para promover y contribuir a crear una cultura de No Violencia y Paz.
El Día Internacional de la No Violencia se instituyó en el aniversario del nacimiento de Mahatma Gandhi, en homenaje al líder del movimiento de la Independencia de la India y pionero de la filosofía de la no violencia.
Veamos algunas de las frases emblemáticas del líder Mahatma Gandhi:
“La pobreza es la peor forma de violencia.”
“La no violencia es un arma de los fuertes.”
“La verdad y la no violencia son inseparables y se presuponen mutuamente.”
“Puede que nunca tengamos suficiente fuerza como para ser totalmente no violentos de pensamiento, palabra y obra. Pero debemos hacer que la no-violencia sea nuestro objetivo, y avanzar constantemente hacia ella.”
La antropóloga belga Pat Patfoort dice que la mejor forma de acabar con la Violencia es construyendo la No Violencia.
Cada país en el mundo tiene una gran responsabilidad en la promoción de la No Violencia y la Cultura de la Paz entre las naciones relacionadas, en el mundo y en su propia población.
A nivel individual, cada persona debe asumir el compromiso por reducir o eliminar la violencia en sus comportamientos y con quienes se relaciona.
¿Qué podemos hacer a nivel individual para promover la No Violencia? Esta pregunta me la hacen muchas personas en las capacitaciones que ofrezco sobre Violencia y NoViolencia, parecen entender que no hay nada que se pueda hacer a nivel individual.
Las relaciones interpersonales tienen infinitas formas en las que pueden desarrollarse. En días pasados reflexionaba sobre el comportamiento de un amigo muy cercano, que parece estar siempre atento para detectar amenazas o ataques dirigidos a él, para de inmediato actuar defensivamente, atacando a quien él considera que le amenaza o agrede con sus expresiones o comportamientos.
En muchas ocasiones, las personas que se comportan de esta forma asumen que, cuando alguien les falta, les molesta, les amenaza o les agrede tienen “el derecho” y hasta “el deber” de atacarles, sintiendo que su agresión está totalmente justificada.
Suelo comparar este tipo de comportamiento con el jugador de Ping Pong, ya que estos jugadores no pueden dejar pasar la pelota y para ganar tienen que devolver todas las pelotas a la cancha contraria o su ponente gana un punto.
Relacionarnos con los demás como si jugáramos Ping Pong.
Las personas que manejan sus relaciones como si jugaran Ping Pong se sienten en el deber de reaccionar a todo lo que ocurra a su alrededor y que ellos perciban o interpreten que les amenace o agreda.
Esta actitud tiene un alto costo para estas personas, pues les obliga a estar permanentemente en alerta, atendiendo lo que ocurre en su entorno, para detectar las amenazas o agresiones que le puedan afectar y estar listos para responder en igual o mayor fuerza agresiva.
Su principio de actuación es el de no dejar pasar nada que le agreda o amenace. Devolver todo lo que le llegue, con igual o mayor intensidad. Al actuar de esta forma, la persona busca tratar de ganar siempre.
Comportarnos en nuestras relaciones como si bateáramos jugando Béisbol.
Otra forma de actuar en las relaciones interpersonales es similar a como se comporta un jugador de Béisbol al batear.
Al batear, los jugadores de Béisbol no tienen la intención de pegarle a todas las bolas que les lancen, sino que seleccionan las que consideran son favorables para batear. Así dejan pasar las bolas malas y batean o intentan batear esos lanzamientos que consideran les favorecen.
En las relaciones interpersonales, es viable utilizar una estrategia similar a la que usan los jugadores de béisbol al batear, dejando pasar las expresiones y comportamientos que no les convienen, posponiendo la reacción a ellos, mientras eligen aquellas situaciones en las que los comportamientos de la otra persona les permiten actuar de una forma productiva, tanto para ellos como para la otra persona.
Su principio de actuación se acerca a la práctica de la comunicación empática y la comunicación asertiva, considerando no sólo contribuir a su necesidad individual, sino a las necesidades de los demás.
Quienes actúan de esta forma reconocen también el valor de la otra persona y sus necesidades y son capaces de tomar decisiones que les favorezcan a ambos.
Aprender las técnicas de la Comunicación No Violenta, o CNV como también se le conoce, es una magnífica técnica para fomentar la armonía, el bienestar y la satisfacción entre todas las personas involucradas.
Sumémonos a las personas que han asumido ser parte del cambio, bajando la velocidad con la que acostumbraban vivir la vida, pasando a apreciar las bellezas del mundo que nos rodea, apreciando a las demás personas con equivalencia, es decir, valorándolas como personas y por ende confiriéndoles el poder de tener la razón, la sabiduría y el poder, tal y como lo asumimos nosotros.
Aprendamos a relacionarnos sin atropellar a los demás, sin tener que imponernos, ni creernos que sólo nosotros tenemos la razón y que debemos imponer siempre nuestro punto de vista.
Dejemos de interactuar en nuestras relaciones como si jugáramos al Ping Pong y comencemos a relacionarnos con los demás de una forma más selectiva y efectiva, escogiendo de una forma más asertiva la manera en la que reaccionaremos, respetando siempre a la otra persona, sin actitudes prepotentes, ni egocéntricas.
Author: Redacción
Medio digital de comunicación de República Dominicana
