Por Julio Leonardo Valeirón Ureña
Ciudadanía RD Media

Pienso que la educación y la formación ciudadana deben ser repensadas en toda su extensión. Si formamos personas para una ciudadanía responsable, quizás sea importante retomar sentidos y propósitos. Incluso contenidos y estrategias. De ahí que te propongo un juego… “arrojemos preguntas sobre la mesa de las dudas”.
¿Es pertinente seguir formando profesionales con los perfiles de ayer y de hoy en un mundo tan cambiante y en profunda crisis política, económica, social, moral y ética?
¿Cuáles competencias son fundamentales para la formación profesional en un mundo atrapado en un estilo de vida centrado en el lucro y el consumo irracional?
¿Es posible seguir ignorando el agotamiento espiritual como el auge de las enfermedades mentales producto de unos propósitos que nos llevan a toda prisa, valorando lo superfluo, sin detenernos a pensar en el significado y el mismo sentido de nuestra existencia?
¿Qué estructura mental, en el amplio sentido de este constructo, requiere un profesional de cualquier ámbito o área, para poder enfrentar con sentido humano en todo lo que ello puede significar, para ser actor y portador de vida y no de muerte, desarrollando un comportamiento profesional centrado en una ética de la vida?
¿Debe y puede la universidad seguir el camino de producir profesionales ajenos a esta realidad agobiante que nos roba el porvenir, manifestación de un liderazgo político y económico nacional e internacional incapaz de ver, sentir y, qué decir, soñar más allá de sus egos, centrado en ver crecer sus capitales infinitamente?
¿De qué han servido los esfuerzos de formación profesional cuando quienes salen de nuestras aulas quedan atrapados en lo que Byung-Chul Han llama la auto explotación y auto coerción?
¿Cuáles serían las competencias que deben guiar nuestro quehacer docente para formar un profesional más humano e íntegro?
¿Cuáles orientaciones debe proponer una institución de educación superior que se asume como formadora de profesionales con las competencias y capacidades de comprender críticamente el mundo que les ha tocado vivir, como incluso su transformación para un mejor futuro?
¿Cuáles esfuerzos se vienen haciendo para el desarrollo de profesionales llamados a ofrecer un servicio profesional de alta calidad, al mismo tiempo que comprometidos en el desarrollo de las bases sociales para una mejor vida para todos?
¿Cuál sería el perfil de un profesional para el mundo de hoy, desde la perspectiva del compromiso por un mundo más humano, aun contribuyendo con la producción de riqueza? ¿Cuáles valores y actitudes deben constituirse en el soporte de una vida profesional y personal centrada en el servicio a los demás y al bienestar colectivo? En un mundo globalizado en que los problemas dejaron de ser nacionales, pues traspasan fronteras, como la violencia en todas sus manifestaciones, el negocio y uso de sustancias psicoactivas, la pobreza y exclusión, los procesos migratorios en procura de preservar la vida, las guerras, la manipulación de nuestras conciencias…