Por Redacción
CRDmedia

El empleo digno y bien remunerado es la base del desarrollo de todo Estado moderno. Garantizar trabajo formal no solo impulsa la economía, sino que también permite a los ciudadanos acceder a educación, salud, vivienda y recreación. En este sentido, República Dominicana ha mostrado avances significativos, pero aún enfrenta desafíos que deben atenderse para consolidar un mercado laboral más sólido y equitativo.
Cifras que reflejan progreso.
Los datos del Banco Central revelan un crecimiento notable en la formalización del empleo. Solo en el primer trimestre de 2025, el país sumó 176,581 nuevos empleos netos, elevando la cifra total de ocupados a 5,117,548 trabajadores.
La tasa de ocupación alcanzó un récord del 62.8 %, lo que indica una economía más activa. Además, la informalidad laboral cayó a 53.4 %, su nivel más bajo desde que se inició la medición.
El impacto de la formalización.
El fortalecimiento del empleo formal reduce la precariedad, garantiza seguridad social, impulsa la productividad y permite que el Estado reciba mayores ingresos fiscales para invertir en bienestar social. La creación de más empleos formales reduce la incertidumbre financiera para miles de trabajadores, asegurando estabilidad y crecimiento a largo plazo.
Los retos que aún enfrentamos.
A pesar de los avances, el país debe afrontar desafíos como la generación de empleos en sectores estratégicos, la formación de talento adaptado a las necesidades del mercado, y la disminución del desempleo juvenil. La participación laboral ha alcanzado un récord del 66 %, pero es necesario garantizar que los nuevos puestos sean bien remunerados y con condiciones óptimas.
Hacia una economía más inclusiva.
Expertos coinciden en que República Dominicana se perfila como una de las economías más dinámicas de la región, pero para mantener este ritmo de crecimiento, es fundamental que el gobierno y el sector privado trabajen juntos en la mejora de condiciones laborales y la reducción de la brecha entre el empleo formal e informal.
El futuro del país está en la calidad del empleo que genera. Más allá de cifras alentadoras, el gran desafío sigue siendo la consolidación de una economía donde el trabajo formal sea la norma y no la excepción.